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Magmatismo y rocas magmáticas

El magma es una mezcla de materiales fundidos (fundamentalmente


silicatos) con porciones variables de gases disueltos (compuestos volátiles a
presión ordinaria) principalmente vapor de agua, que están confinados dentro
del magma por la presión de las rocas circundantes y pequeñas cantidades de
sólidos (cristales y fragmentos de rocas que no han sufrido el proceso de
fusión). Es decir, en él coexisten fases sólidas, líquidas y gaseosas que pueden
separarse bajo determinadas condiciones de presión y temperatura.
La composición de un magma se puede expresar en forma de óxidos, de
los cuales el más importante es la sílice (SiO2), cuya proporción varía
aproximadamente entre el 45% y el 75%. El contenido en sílice y en gases
(fundamentalmente vapor de agua) va a determinar algunas propiedades
físicas de los magmas como la densidad o la viscosidad. Esta última
constituye un factor importante que influye en el movimiento del magma y,
por tanto, en su ascenso hacia zonas más superficiales. El grado de
viscosidad va a depender de los siguientes factores:
1. Composición química. Los magmas ricos en sílice son mucho más
viscosos que los pobres en ella, debido a que se pueden formar silicatos
con estructuras más complejas en las que se comparten oxígenos. El
flujo magmático se ve impedido porque las estructuras de sílice se
enlazan formando largas cadenas incluso antes de que empiece la
cristalización.
2. Contenido en gases. El agua y otros gases disminuyen la viscosidad del
magma, ya que los grupos (OH-) rompen los enlaces Si-O.
3. Contenido en minerales sólidos. Si es alto, la viscosidad aumenta.
4. Temperatura. Su aumento favorece la fluidez del magma.
5. Presión. Al disminuir la presión, los gases del magma tienden a escapar,
lo cual produce un aumento de la viscosidad.
Se estima que la temperatura del magma oscila entre 700ºC, para los
ricos en sílice (65%-75% de SiO2) y los 1.200ºC para los pobres en sílice
(menos del 50%).
Origen del magma
Las rocas están constituidas por diversos minerales, cada uno de los
cuales tiene su punto de fusión. Por esta razón, una roca no funde
íntegramente a una temperatura determinada, sino que posee un intervalo de
fusión en el cual parte de la roca está fundida y parte sólida. A la fusión
parcial de una roca se le denomina anatexia.
Los magmas se generan por fusión total o parcial de las rocas. Cuando
la fusión parcial supera el 7% del volumen de la roca, ésta tiende a ascender a
través de intersticios y fisuras (debido a su menor presión) y, por tanto, a
separarse de la roca fuente, concentrándose en bolsas de magmas situadas a
profundidades menores y denominadas cámaras magmáticas.
En la formación de un magma intervienen varios factores: el aumento de
la temperatura, la disminución de la presión, la adición de un elemento que
haga descender el punto de fusión (agua) y la influencia de otros sólidos
presentes.
Las rocas se funden:
• Por aumento de la temperatura en la zona. Esto puede ocurrir como
consecuencia de la fricción de dos placas litosféricas, por la llegada de

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materiales calientes o por una concentración de elementos radiactivos
cuya desintegración libera calor.
• Por la disminución de la presión. El punto de fusión de un mineral
aumenta con la presión (al aumentar la profundidad, aumenta la
presión, lo que favorece la formación de estructuras cristalinas más
compactas y de mayor densidad, que requieren de mayores
temperaturas para fundir). Esto explica por qué estas zonas profundas
no se encuentran en estado fundido: la temperatura sería suficiente
para producir la fusión en condiciones superficiales (presión
atmosférica), pero el peso de los materiales suprayacentes origina una
presión litostática tan alta que las rocas permanecen en estado sólido.
Por esa razón, una reducción de la presión en una zona del interior
terrestre (como consecuencia de una fractura en las rocas) puede hacer
que la temperatura a la que se encuentra la roca sea suficiente para
fundir en las nuevas condiciones. Así ocurre en los rift continentales y en
las dorsales oceánicas al adelgazarse la corteza como consecuencia de
la tensión que soportan.
• Por incorporación de agua. La presencia de agua disminuye el punto de
fusión de las rocas (debido a que los grupos OH- rompen los enlaces de
los silicatos). Este proceso tiene especial incidencia en las zonas de
suducción.
• Influencia de otros sólidos presentes: cuando dos o más minerales de
diferente composición se encuentran en contacto, la presencia de cada
uno produce una disminución en la temperatura de fusión del otro. Esto
explica, por ejemplo, por qué se utiliza sal para fundir el hielo en
invierno.

Tipos de magmas
La composición del magma está condicionada por el lugar en que se
origina y por el porcentaje de roca que se funde.
Los magmas más abundantes y característicos son tres: básico o
basáltico, ácido o granítico e intermedio o andesítico.
• Magma basáltico o básico o máfico. Procede de la fusión parcial
de las peridotitas (rocas formadas por olivino y piroxenos) que
componen el manto. Tiene un contenido bajo en sílice (menos del
55%), se encuentra a alta temperatura y presenta una viscosidad
baja, por lo que es un fundido bastante fluido que habitualmente
puede alcanzar la superficie terrestre y originar flujos de lavas. Las

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rocas que se forman por solidificación de estos magmas son de
colores oscuros como, por ejemplo, el basalto (roca volcánica), que
es la roca ígnea más abundante, o el gabro (roca plutónica). La
composición del magma producido dependerá del porcentaje de
peridotita que se funda. Existen dos tipos de magmas basálticos:
Toleítico: rico en sílice (hasta el 50% de sílice). Se forma por fusión
del 30% de la peridotita Se origina en las dorsales oceánicas y en las
áreas de las zonas de subducción más próximas al océano, por fusión
parcial de un porcentaje importante de peridotitas poco profundas.
Alcalino: pobre en sílice y rico en elementos alcalinos (Na y K). Se
origina en zonas de intraplaca oceánicas con baja proporción de
fusión parcial de peridotitos (15% de la peridotita) que se encuentran
a gran profundidad.
• Magma ácido o granítico o félsico (más del 65%). Se origina en
las zonas de subducción a partir de la fusión de los materiales que
constituyen la corteza continental inferior. Tiene mayor contenido en
sílice (65-80%), es más frío (800ºC) y tiene mayor viscosidad que el
básico. Fluye más lentamente por lo que casi nunca alcanza la
superficie, produciéndose su solidificación en el interior de la corteza.
Las rocas que se forman son de colores claros como el granito, roca
plutónica muy común en la corteza continental, o la riolita (roca
volcánica).
• Magma andesítico o de composición intermedia (entre el 55 y
el 65% en sílice). Se origina por fusión parcial del basalto de la
corteza oceánica que subduce. Esta fusión se produce por el calor
generado con la fricción de las placas y por la presencia de agua. Se
forma tanto en los borde subductivos tipo arco insular como en los de
tipo andino. Se generan entre 80 y 160 km de profundidad. Las rocas
que se forman a partir de ellos son de colores y densidades
intermedias. La andesita (volcánica) y la diorita (plutónica) son las
más representativas.
Cristalización de los magmas
No todos los minerales empiezan a cristalizar al mismo tiempo, ni van a
mantenerse invariables una vez formados. Por el contrario, pueden modificar
su composición o pueden disolverse, volviéndose a combinar sus
componentes para dar lugar a nuevos minerales. Este proceso de cambio se
llama reacción.
La mayor parte de los magmas se originan por fusión de rocas del
manto superior, por lo que se puede considerar que en su composición, en
sentido general, predominan el silicio y el oxígeno, con distintas proporciones
de Al, Fe, Mg, Ca, K, Na y otros componentes menores.
La secuencia de cristalización que tiende a seguir el magma es
predecible en función del orden de aparición de los principales minerales. Sin
embargo, las proporciones de éstos en la roca varían.
La secuencia de cristalización básica fue reconocida por Norman L.
Bowen y se conoce como series de reacciones de Bowen. En la parte
superior de la serie se sitúan los primeros minerales en cristalizar, a alta
temperatura, como el olivino, el piroxeno o la plagioclasa cálcica. Los que
cristalizan al final, cuando la temperatura es menor, se sitúan en la parte
inferior, como el feldespato potásico, la moscovita o el cuarzo.

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Alta temperatura

Serie discontinua: porque


estos minerales tienen
diferentes estructuras y
composición.
Serie continua: porque las
plagioclasas forman series de
reacción continua (se
mantiene la misma estructura
cristalina y va cambiando la
composición) entre las
plagioclasas cálcicas y las
sódicas y las reacciones que
tienen lugar son continuas.
La serie completa
consiste en dos ramas de
reacciones convergentes: una continua y otra discontinua. Las plagioclasas
siguen la serie de reacciones continuas constituyendo una solución sólida
continua entre un término rico en calcio (anortita) y otro rico en sodio (albita).
La anortita es el término de alta temperatura: funde, en sentido puro, a
1550ºC; la albita pura lo hace a 1100ºC. El Na+ y el Ca+ son cationes que se
pueden intercambiar en la estructura de las plagioclasas. La primera en
cristalizar es siempre un término rico en calcio. A medida que el magma se va
enfriando los cristales reaccionan continuamente con el líquido residual y va
entrando más cantidad de sodio en las plagioclasas que siguen cristalizando,
pero sin variar la estructura básica de estos cristales. Es decir, que los
minerales que se van formando tienen distinta composición química, pero la
misma estructura.
Los minerales ferromagnesianos (ricos en Fe y Mg y con bajo contenido
en SiO2) siguen la serie de reacción discontinua. El olivino es el primero en
cristalizar y su formación continuada da lugar a un aumento en el contenido
de sílice y a un empobrecimiento en Fe y Mg en el fundido residual, por lo que
este mineral deja de ser estable químicamente en este fundido y reacciona
con él, formándose un mineral de composición y estructura cristalina
diferente, un piroxeno. La relación Fe + Mg/Si es de 2/1 en el olivino y de 1/1
en el piroxeno.
A temperatura más baja, si existe en el magma residual sílice suficiente,
todo el olivino se convertiría en piroxeno. Después de un cierto intervalo en el
que cristaliza piroxeno, éste de nuevo estaría en desequilibrio químico con el
fundido residual y reaccionaría con él, formándose un nuevo mineral, un
anfíbol. Y así sucesivamente. El último de los minerales ferromagnesianos en
cristalizar es la biotita. Cuando se alcanza la temperatura más baja, al final de
la secuencia de cristalización, el fundido se encuentra muy enriquecido en
sílice (puesto que los primeros minerales que se han separado son los silicatos
con Fe y Mg) y forma feldespato potásico, moscovita y cuarzo. No todos los
magmas siguen esta secuencia completa. Por ejemplo un magma máfico (rico
en Mg y Fe y pobre en SiO2) cristaliza completamente antes de que se alcance
el último estadio de la secuencia, ya que inicialmente no tiene sílice suficiente
para formar cuarzo.

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Un magma félsico (rico en SiO2 y pobre en Fe y Mg) puede alcanzar los
términos finales de la serie, pero el olivino, el piroxeno y la plagioclasa cálcica
se habrán transformado completamente por reacción con el fundido y no se
encontrarán en las rocas. Por tanto los magmas básicos o máficos producen
rocas ricas en minerales de la parte superior del diagrama, como el olivino, el
piroxeno y la plagioclasa cálcica, todos ellos minerales de colores oscuros. Los
magmas ácidos o félsicos producen rocas con minerales de la parte inferior
del diagrama, como la plagioclasa sódica, el feldespato potásico, la moscovita
y el cuarzo, que son minerales de colores claros.
Evolución de los magmas
A partir de un mismo magma puede formarse una roca u otra según la
evolución que experimente y el lugar en que solidifique.
En la cámara magmática o en su viaje hacia la superficie, el magma
puede experimentar algunos procesos que modifican su composición química
y hacen que se formen rocas de composición diferente a la original. Los más
importantes son:
a) Diferenciación magmática: Es la formación de más de un
magma a partir de un solo magma inicial. A medida que el magma se
enfría, van cristalizando diversos minerales, comenzando por los más
refractarios (ricos en Fe y Mg). Por ejemplo, si se parte de un magma
basáltico, cristalizan en primer lugar aquellos minerales, como el olivino y los
piroxenos, que tienen un punto de fusión más alto, mientras que los
feldespatos sódicos (plagioclasas) y potásicos y el cuarzo lo harían en último
lugar. El término con el que se denomina este proceso, cristalización
fraccionada, alude a esa formación sucesiva de los cristales.
Si el magma permanece en reposo y los cristales no se separan a
medida que se forman, la roca final tendrá la misma composición que el
magma. Si los cristales que se van formando se separan (separación de los
componentes sólidos y líquidos del magma), la composición química del
fundido residual será distinta de la del fundido de partida. La separación de la
fase cristalina hace que el fundido sea más pobre en los elementos que
constituyen los cristales. La formación de fundidos residuales sucesivos se
denomina diferenciación magmática. Por ejemplo, en un magma basáltico
cristalizan primero minerales ricos en Fe y Mg, como el olivino, si estos se
separan del fundido inicial (puede ocurrir que la mayor densidad del olivino y
los piroxenos haga que se depositen en el fondo de la cámara magmática,
produciéndose una diferenciación gravitatoria), el magma residual queda
relativamente enriquecido en sílice.
Por otra parte, los gases pueden arrastrar hacia el techo de la cámara
magmática algunos elementos como el sodio o el potasio, lo que producirá
una diferenciación del magma por transporte gaseoso.
b) Asimilación. Es un proceso de contaminación del magma debido a
la fusión de parte de las rocas que lo rodean (roca encajante, o roca de caja)
durante su ascenso a zonas más superficiales, cuyos componentes pasan a
integrarse en el magma, modificando su composición. Esta alteración del
magma dependerá de la composición de la roca que éste asimile en su
trayectoria ascendente.
c) Mezcla. Tiene lugar cuando en una cámara magmática con un
magma ya diferenciado se producen aportes de un nuevo magma primario.
Este fenómeno también produce variación en la composición inicial.

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Se denominan magmas primarios a aquellos que no han sufrido
modificación de su composición química durante la cristalización, y magmas
derivados o diferenciados a aquellos cuya composición sí se ha visto
alterada.
Emplazamientos de las rocas ígneas
El proceso de solidificación de un magma se llama magmatismo, y las
rocas que se crean, ya sea en el exterior o en el interior de la Tierra, se
denominan rocas ígneas o magmáticas.
El acceso de una masa magmática a un lugar de la corteza en el que
previamente existían otras rocas recibe el nombre de intrusión ígnea.
• Si un magma se solidifica lentamente (puede tardar incluso varios
millones de años) en el interior de la corteza terrestre, los minerales
cristalizan también lentamente, y las rocas ígneas que resultan de este
proceso reciben el nombre de rocas magmáticas plutónicas o
intrusivas.
• Mientras cristalizan los minerales, el magma puede ir ascendiendo y
fundiendo las rocas suprayacentes que quedarán así incorporadas. En su
ascenso, el magma puede encontrar grietas, que irá rellenando y
ampliando; las rocas que genere cuando se enfríe de esta manera se
denominan rocas magmáticas filonianas.
• A veces las grietas que encuentra un magma en su ascenso llegan hasta
la superficie terrestre, ya sea en el interior de un continente o en el mar.
El magma se solidificará más rápidamente, y las rocas resultantes se
llaman rocas magmáticas volcánicas o efusivas.
Estructura de las rocas ígneas intrusivas:
Las rocas plutónicas se forman en el interior de la Tierra, por lo que no
es posible observar cómo se generan. Sin embargo, existen rocas plutónicas
que afloran a la superficie como resultado de los procesos erosivos que van
desgastando los materiales superficiales y dejan al descubierto otras más
profundas. Las rocas plutónicas se denominan también rocas intrusivas,
porque el magma del que provienen intruye en otras rocas (rocas encajantes)
y se consolida entre ellas. La forma y el tamaño del cuerpo intrusivo va a
depender de las propiedades del magma (densidad y viscosidad) y de la
resistencia y grado de fracturación de las rocas en las que encaja. Las masas
de rocas plutónicas varían enormemente en forma y extensión, desde
afloramientos de cientos de km2 hasta diques de sólo unos centímetros de
ancho.
El nombre general para cualquier intrusión es el de plutón (masa de
rocas intrusitas de grandes dimensiones).
Plutones concordantes: se adaptan a las estructuras de la roca encajante
por lo que tienen contactos paralelos con ella. Pueden ser de varios tipos:
• Sills o filón capa. Es una masa tabular (laminar) que se dispone
paralelamente a las estructuras de la roca encajante. Una masa tabular
es aquella que tiene poco grosor en comparación con las otras dos
dimensiones. Su tamaño varía desde láminas de pocos milímetros hasta
capas de espesores métricos y muchos kilómetros de longitud. Paralelos
a los planos de estratificación, esquistosidad, etc. Se forman cuando el
magma (fluído) es inyectado a lo largo de superficies de estratificación.

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• Lacolito. Es un emplazamiento de forma tubular, con base plana y
techo abombado en forma de cúpula. Se forma al intruir magmas
viscosos entre los planos de estratificación de otras rocas arqueando los
materiales situados encima. Ocurre si la intrusión se produce en zonas
próximas a la superficie. Sus dimensiones son menores que las del
plutón.
• Lopolito son intrusiones asociadas a depresiones de forma más o
menos circular, en las cuales la base y el techo tienen forma cóncava
hacia arriba.
Plutones discordantes: Cortan las estructuras de la roca encajante, por lo
que el contacto con ésta es irregular. Se diferencian:
• Batolitos. Son cuerpos plutónicos de grandes dimensiones (tiene que
tener una extensión mayor de 100 km2 para que se considere un
batolito). Cuando un batolito tiene un tamaño relativamente pequeño,
se le denomina stock. Se trata de intrusiones múltiples que suelen
tener una composición bastante homogénea, de tipo granítico o
granodiorítico. Aunque se forman en niveles profundos, las partes más
superficiales de los batolitos pueden aflorar en la superficie cuando las
rocas suprayacentes son erosionadas. Se encuentran asociados a
cadenas orogénicas, donde los batolitos representan las raíces de las
zonas montañosas.
• Diques. Son cuerpos tabulares como los sills, pero en vez de ser
paralelos a las rocas encajantes, las atraviesan. Estas estructuras
laminares tienen grosores que oscilan desde menos de un centímetro
hasta más de un kilómetro. La longitud puede oscilar desde metros a
centenares de kilómetros. Se forman por relleno de fracturas.
Formas de las masas volcánicas
Los volcanes expulsan lava, grandes volúmenes de gases y rocas
piroclásticas.
Los materiales en estado líquido que salen de un volcán se denominan
lavas, las cuales se extienden por el terreno con una amplitud y extensión
variables.
Coladas de lava: Puede considerarse como un magma que ha perdido
gran parte de sus volátiles. Se extiende por el terreno y forma coladas cuya
extensión dependerá de su velocidad y viscosidad, lo cual, a su vez, está
relacionado con su composición y su contenido en gases. Las lavas basálticas
son de alta temperatura (900º C a 1.200º C) y baja viscosidad, por lo que
pueden recorrer grandes distancias alcanzando velocidades de hasta 30 y 40
km/h, en función de la pendiente del terreno por el que discurren. La emisión
de estas lavas suele producirse a través de fracturas.
Las lavas con mayor contenido en sílice son más viscosas que las
básicas y no fluyen tan fácilmente. Por eso suelen recorrer sólo pequeñas
distancias, acumulándose en zonas muy próximas a los centros de emisión.
Estas lavas son de menor temperatura (800º C) y tienen mayor contenido en
volátiles, pues debido a su elevada viscosidad, estos volátiles no pueden
escapar de ellas, acumulándose y produciendo una gran presión interior, por
lo que las erupciones suelen ser de carácter violento y explosivo.
Gases: los magmas contienen cantidades variables de gases disueltos
que se mantienen en la roca fundida por la presión de confinamiento,
exactamente igual a como se conserva el dióxido de carbono en los refrescos.

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Cuando se reduce la presión, los gases empiezan a escapar. Los gases
predominan en las etapas iniciales de la erupción: el más abundante es el
vapor de agua, y en menor proporción existen otros gases como: CO 2, CO,
SO2, SH2, etc.
Materiales piroclásticos (“fragmentos de fuego”): Cuando se expulsa
lava basáltica, los gases disueltos escapan con bastante libertad y
continuidad. Esos gases impulsan gotas incandescentes de lava a grandes
alturas. Una parte de este material expulsado puede caer cerca de la
chimenea y construir una estructura en forma de cono, mientras que las
partículas más pequeñas serán arrastradas a grandes distancias por el viento.
Por el contrario, los magmas viscosos (félsicos) están muy cargados de gases;
tras su liberación, se expanden miles de veces conforme lanzan rocas
pulverizadas, lava y fragmentos de vidrio desde la chimenea. Las partículas
producidas en estas dos situaciones se denominan material piroclástico. El
tamaño de estos fragmentos expulsados oscila entre un polvo muy fino
(inferior a 0,063 mm de diámetro) y cenizas volcánicas del tamaño de arena
(inferior a 2 mm de diámetro) y trozos que pesan más de una tonelada.
También son comunes los piroclastos del tamaño de una nuez
denominados lapilli (“piedras pequeñas”) y las partículas del tamaño de un
guisante denominadas escorias. Las partículas mayores que los lapillis se
denominan bloques, cuando son expulsados como lava endurecida y bombas,
cuando son expulsadas como lava incandescente (adoptan formas
aerodinámicas conforme viajan por el aire). Debido a su tamaño, las bombas y
los bloques suelen caer en las laderas del cono volcánico. Sin embargo, a
veces son expulsadas a grandes distancias del volcán por la fuerza de los
gases que escapan.
Volcanes: Las erupciones sucesivas a partir de una chimenea central dan
lugar a una superficie montañosa que denominamos volcán.
Una chimenea volcánica es un dique de sección circular a través del
cual el magma alcanza la superficie. Es una fractura lineal o puntual que
comunica la cámara magmática con el exterior. En algunos volcanes pueden
formarse chimeneas laterales que se derivan de la principal. La erosión de los
materiales que circundan la chimenea puede originar una aguja que sobresale
del relieve circundante.
El cráter es la abertura por la que salen los materiales que expulsa el
volcán.
El cono es el edificio volcánico por excelencia. Se forma por acumulación de
los materiales magmáticos en torno al cráter. Se denomina escudo si el cono
es bajo y aplanado; se origina por coladas de lava (grandes cantidades de
lavas básicas muy fluídas). Un cono de piroclastos tiene pendientes
empinadas aunque no alcanza gran tamaño; se forma por acumulación de
materiales sólidos (cenizas, lapilli, escorias, etc). Un volcán compuesto o
estratovolcán se origina por acumulación alternante de coladas y
piroclastos, lo que le permite alcanzar mayor tamaño. La lava suele tener
composición ácida o intermedia y sale por fisuras en las laderas, de
pendientes muy acusadas. Los gases y los piroclastos selen por el cráter
central.

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Una caldera es una
depresión circular de
tamaño muy superior al
cráter (varios km de
diámetro).
Generalmente, se forma
por hundimiento
(colapso) del techo de
una cámara magmática,
profunda y semivacía,
después de una erupción
masiva. También puede
originarse por una fuerte
explosión que ha
eliminado la cumbre del
edificio volcánico o por
erosión.
Textura de las
rocas ígneas
La textura es el aspecto general de la roca en función del tamaño,
forma y ordenamiento de sus cristales. La textura es una característica
importante porque revela mucho sobre el ambiente en el que se formó la roca.
La textura de las rocas magmáticas depende de la velocidad de
enfriamiento del magma en el momento de su formación y por su
composición; a su vez, la velocidad de enfriamiento del magma depende del
lugar y las condiciones en que ha ocurrido. El enfriamiento lento da lugar a
pocos cristales grandes (conforme una masa magmática pierde calor
disminuye la movilidad de sus iones. Un cuerpo magmático muy grande

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localizado a gran profundidad se enfría durante un periodo de quizá decenas o
centenares de millares de años. Al principio, se forman relativamente pocos
núcleos cristalinos. El enfriamiento lento permite la migración de los iones a
grandes distancias de forma que pueden juntarse con alguna de las escasas
estructuras cristalinas existentes).
Por otro lado, cuando el enfriamiento se produce más deprisa (por
ejemplo, en una delgada colada de lava) los iones pierden rápidamente su
movilidad y se combinan con facilidad. Esto provoca el desarrollo de
numerosos núcleos embrionarios, que compiten a la vez por los iones
disponibles. La consecuencia en una masa sólida de pequeños cristales
intercrecidos.
Cuando el material fundido se enfría rápidamente puede no haber
tiempo suficiente para que los iones se dispongan en una red cristalina. A las
rocas que consisten en iones desordenados se les llama vidrios.
Las texturas básicas de las rocas ígneas se establecen en función del
grado de cristalización, del tamaño de los cristales y de las proporciones
relativas de esos tamaños:
• Grado de cristalización. Según este criterio, se distinguen tres tipos
de texturas:
 Holocristalina. En la que la roca está íntegramente constituida por
cristales. Minerales de aspecto granudo, bien visibles y unidos entre
sí sin dejar espacios entre ellos. El magma cristalizo lentamente t
todos los minerales pudieron diferenciarse y cristalizar. No se
interrumpe la cristalización.
 Hipocristalina. En la que la roca presenta cristales dentro de una
matriz vítrea.
 Vítrea. La roca se presenta como una masa amorfa con el aspecto
de vidrio. Cuando el enfriamiento es tan rápido que sus componentes
no tuvieron tiempo de separarse y cristalizar, en este caso toda la
masa queda amorfa.
• Tamaño de los cristales. Según este criterio, se distinguen las
siguientes texturas:
 De grano grueso, con cristales de diámetro superior a 5 mm.
 De grano medio, con cristales entre 1 y 5 mm.
 De grano fino, con cristales de menos de 1 mm.
Las texturas holocristalinas de grano grueso y medio también
reciben el nombre de texturas faneríticas (grandes masas de magma
solidifican lentamente en el interior), mientras que las de grano fino son
afaníticas (En las rocas extrusivas, el magma alcanza la superficie terrestre o
como masas pequeñas dentro de la corteza superior donde el enfriamiento es
muy rápido, por lo que las rocas que se originan presentan minerales de
tamaño demasiado pequeño (grano muy fino) para ser visibles a simple vista:
es la denominada textura afanítica. En muchas rocas afaníticas se puede
observar los huecos dejados por las burbujas de gas que escapan conforme se
solidifica el magma. Estas aberturas esféricas o alargadas se denominan
vesículas).
• Relación del tamaño de los cristales. Según este criterio, se
distinguen las siguientes texturas:
 Homométrica o equigranular. Con cristales de tamaños similares.

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 Heterométrica o inequigranular. Con cristales de tamaños
diferentes.
 Porfídica. Es un caso extremo de heterometría, con cristales muy
grandes (fenocristales) incluidos en una matriz de cristales muy finos
o incluso vítrea. Si el enfriamiento se produce al principio con lentitud
y después rápidamente, como sucede con el magma que fluye a
través de grietas a las cuales rellena dando origen a las rocas
filonianas, se originan fenocristales, grandes cristales de una especie
mineral determinada, que aparecen rodeados por un grupo de
minerales de grano fino (pasta) o microscópicos (vidrio). Los
fenocristales se forman en una etapa anterior a la de la pasta o la del
vidrio, en la que los minerales se enfrían súbitamente. Una masa de
magma localizada profundamente puede necesitar de decenas a
centenares de miles de años para solidificar. Dado que los diferentes
minerales cristalizan a temperaturas diferentes es posible que
algunos cristales se hagan bastante grandes mientras que otros
estén empezando a formarse. Si el magma que contiene algunos
cristales grandes cambia de condiciones (por ejemplo, extruyendo en
la superficie) la porción fundida de la lava se enfría rápidamente.
Texturas específicas: A veces se utilizan otras denominaciones para integrar
diversas características texturales; son las texturas específicas:
o Textura granuda. Es holocristalina, homométrica y de grano medio a
grueso.
o Textura aplítica. Es holocristalina, homométrica y de grano fino
(submilimétrico)
o Textura pegmatítica. Es holocristalina, homométrica y de grano
centrimétrico.
o Textura vacuolar o vesicular. Propia de las rocas volcánicas, se
caracteríza por la presencia de numerosos huecos (vacuolas) formados por
la expansión del gas que contenía el magma.

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En las últimas fases de la evolución magmática, las temperaturas son
considerablemente más bajas (entre 500ºC y 50ºC); el magma que aún queda
por cristalizar (residuo magmático) se compone de minerales fundidos (con un
punto de fusión bajo), gases y, sobre todo, vapor de agua y agua líquida, e
integra las llamadas soluciones mineralizadoras, inicialmente calientes y a
alta presión, que recorren las grietas y se enfrían a medida que se alejan de la
zona magmática.
Algunas de las rocas filonianas que se originan en estas fases presentan
texturas que se asemejan notablemente a las granudas tipicas de las rocas
plutónicas; tal es el caso de la textura pegmatítica, que carece de pasta y
está integrada por minerales de gran tamaño, formados algunos en fases
anteriores a los otros, y la textura aplítica, donde todos los minerales son de
pequeño tamaño.
Tipos de rocas ígneas
Las rocas plutónicas
Su textura es siempre holocristalina (roca constituida íntegramente por
cristales) de grano medio a grueso, pudiendo ser homométricas (cristales de
tamaños similares) o heterométricas (cristales de tamaños diferentes). En el
caso de las rocas intrusivas el magma queda atrapado en el interior de la
Tierra, por lo que el enfriamiento es muy lento y las rocas que se originan
estarán formadas por minerales bien cristalizados y de tamaño variable, en
general visibles a simple vista.
Granito. Es una roca fanerítica. Su color el gris o rosado. Se compone de
cuarzo (los cristales de forma aproximadamente esférica, suelen ser vítreos y
de color claro a gris claro), ortosa (los cristales no son vítreos y tienen un color

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generalmente de blanco a gris o rosa salmón y exhiben una forma rectangular
más que esférica)(feldespato potásico), plagioclasas rica en sodio y mica
(biotita y moscovita)(una de las dos o ambas). Es una roca ácida o félsicas
(más del 65% de SiO2). El granito puede tener también una textura porfídica.
Estos tipos contienen cristales de feldespato de un centímetro o más de
longitud que están repartidos entre una matriz de grano grueso de cuarzo y
anfíbol.
Sienita. Es una roca de color rosado, proporcionado por el feldespato
potásico que es su constituyente mayoritario. Además tiene plagioclasas y
biotita, también puede tener anfíboles. Se diferencia del granito porque la
sienita no tiene cuarzo o lo tiene en cantidades muy pequeñas.
Diorita. Es una roca intrusiva de grano grueso que tiene un aspecto similar al
granito gris. Sin embargo, puede distinguirse del granito por la ausencia de
cristales de cuarzo
visibles. Constituida,
fundamentalmente,
plagioclasa rica en sodio y
anfíbol, con cantidades
menores de biotita, en la
que las plagioclasas son
más abundantes que el
feldespato potásico.
Además puede tener
piroxenos. Debido a que
los granos de feldespato
de color claro y los
cristales de anfíbol
oscuros son
aproximadamente iguales
en abundancia, la diorita
tiene un aspecto de “sal y
pimienta”.
Gabro. Es una roca de color oscuro (verde muy oscuro a negro), constituida
mayoritariamente por plagioclasas rica en calcio y piroxenos. También puede
tener pequeñas cantidades de biotita y olivino. Es el equivalente intrusivo del
basalto. Son rocas básicas o máficas (50-45% de SiO2)
Peridotita. Es una roca de color muy oscuro. Aunque muy poco frecuente en
la corteza terrestre, es la que constituye el manto y, en consecuencia, la roca
más abundante del planeta. Está formada, mayoritariamente, por piroxenos y
olivino. Son rocas ultrabásicas (menos del 45% de SiO2).

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Las rocas volcánicas
Debido a que el enfriamiento del magma es muy rápido, cristaliza mal.
Por eso estas rocas son hipocristalinas (la roca presenta cristales dentro de
una matriz vítrea) o vítreas (la roca se presenta como una masa amorfa con el
aspecto de vidrio); también pueden ser holocristalinas homométricas de grano
fino y heterométricas.
Basalto. Es la roca volcánica más abundante, se extiende por todos los
fondos oceánicos. Su composición mineralógica es similar a la del gabro. Su
color es oscuro, casi negro, de grano fino. Suele presentar una matriz
microcristalina o vítrea entre la que se diferencian cristales de gran tamaño,
observables a simple vista, llamados fenocristales. Compuesta
fundamentalmente por piroxeno y plagioclasa rica en calcio con cantidades
menores de olivino y anfíbol. Cuando es porfídico, el basalto contiene
comúnmente fenocristales pequeños de plagioclasa cálcica de colores claros o
fenocristales de olivino de aspecto vítreo embebidos en una pasta oscura.
Andesita. Es una roca de color gris, más o menos oscuro, de grano fino, con
una composición mineralógica similar a la dirorita. Su nombre se debe a que
es abundante en los Andes. Muestra frecuentemente una textura porfídica.
Cuando éste es el caso, los fenocristales suelen ser cristales claros y
rectangulares de plagioclasa o cristales negros y alargados de horblenda.
Rocas de composición intermedia (65-50% de SiO2).
Traquita. Es una roca de color claro, con una composición mineralógica
similar a la sienita.
Riolita. Es una roca de color claro (de marrón claro a rosa o, a veces gris
claro), con una composición mineralógica similar al granito. Suele tener
textura afanítica y contiene frecuentemente fragmentos vítreos y huecos que
indican un rápido enfriamiento en un ambiente superficial. Cuando la riolita
contiene fenocristales, son normalmente pequeños y están compuestos por
cuarzo o por feldespatos.

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Obsidiana. Es el nombre que reciben las rocas volcánicas de textura vítrea
con pocas oquedades o sin ellas, color negro y fractura concoidea. Su
composición es muy variable. Normalmente se forma cuando lava rica en
sílice se enfría rápidamente. Aunque normalmente de color negro o marrón
rojizo, la obsidiana tiene un elevado contenido en sílice; el color oscuro en
consecuencia de la presencia de iones metálicos.
Pumita. Es el nombre que reciben las rocas volcánicas con textura vacuolar
(se caracteriza por la presencia de huecos o vacuolas formados por la
expansión del gas que contiene el magma) y color claro. De baja densidad. Su
composición mineralógica es similar a la riolita o a la traquita. Es una roca
esponjosa. Flota en el agua y pesa muy poco. Es blanca, gris o amarillenta. Se
forma cuando grandes cantidades de gases escapan a través de la lava para
generar una masa gris y porosa.
Las rocas filonianas
Aplita. Es una roca con textura holocristalina con cristales de grano fino
(aplítica). Su composición es similar a la del granito (cuarzo, feldespato, ortosa
y plagioclasas) y su color , gris claro. Son muy parecidas al granito, aunque de
grano más fino y coloración más clara por falta de biotita.
Pórfido granítico. Es una roca holocristalina con cristales muy grandes,
fenocristales, envueltos en una matriz microcristalina. Su composición
mineralógica es similar a la del granito.
Diabasa. Es una roca holocristalina, con granos de tamaño fino y medio. Su
composición es similar a la del basalto, y su color , verde.
Pegmatitas. Son de composición análoga a granitos y aplitas, pero su
estructura es muy distinta, presentando enormes cristales de cuarzo y ortosa.

Magmatismo y tectónica de placas


La mayor parte de la actividad magmática se concentra a lo largo de los
bordes de las placas, aunque existe también cierta actividad en su interior
(magmatismo intraplaca).
Magmatismo en borde constructivos de placa. Se localiza
principalmente en las dorsales oceánicas. El magma que se produce en estas
zonas deriva de materiales del manto de composición peridotítica. La fusión
parcial de estas rocas da origen a un magma de naturaleza máfica, que
asciende a través de fracturas (vulcanismo fisural), formando nueva corteza
oceánica de tipo basáltico. En determinadas zonas, asociadas a estos bordes
de placa divergente, se pueden formar islas volcánicas, como Islandia, debido
a que la acumulación de las lavas basálticas, en el fondo del océano, se
produce más deprisa que su alejamiento del borde de expansión.
El magma que no alcanza la superficie en estas zonas de expansión
cristaliza en profundidad y origina rocas de tipo gabro.
Los rift continentales son menos frecuentes que las dorsales oceánicas.
Aunque el magmatismo asociado a estas zonas es fundamentalmente de
carácter máfico, el aumento de temperatura que originan estos procesos
magmáticos puede producir un calentamiento de las rocas de composición
granítica de la corteza, lo que provoca su fusión. Por eso, se puede encontrar
vulcanismo de carácter félsico en estas zonas de rift continental, aunque
volumétricamente es mucho menos importante que el vulcanismo basáltico.

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Magmatismo de bordes destructivos. En las zonas de subducción
tienen lugar también procesos magmáticos, pero su naturaleza es distinta a la
que se produce en las dorsales. El vulcanismo en arcos islas y en cordilleras
de tipo perioceánicas da lugar generalmente a rocas de tipo andesítico, y en
menor proporción a riolitas. Bajo la superficie se producen intrusiones de rocas
graníticas. Es decir, los magmas que originan estas rocas son de composición
félsica o intermedia, con mayor proporción en Si, Al, Na y K que los basaltos y
garbos propios de las zonas de dorsales y contenidos menores de Ca, Mg y Fe.
También hay erupciones basálticas, aunque volumetricamente son menos
importantes que las otras rocas magmáticas.
La placa oceánica que subduce está formada por: 1) Basaltos, garbos y
peridotitas (todas ellas de composición máfica y ultramáfica); 2) sedimentos
del fondo marino, y 3) materiales arrancados a la placa continental (de
composición más félsica, por lo que funden a menor temperatura).
A medida que la placa oceánica se hunde, el agua que contienen los
sedimentos, y en menor medida los basaltos, es expulsada y asciende hasta la
zona del manto superior, entre la placa que subduce y la placa continental
que se desplaza. El aumento en el contenido de agua produce una
disminución de la temperatura de fusión de los materiales del manto y da
lugar a la formación de magmas de composición andesítica a basáltica
(dependiendo del grado de fusión). Durante el ascenso de estos magmas se
producen procesos de asimilación, e incluso de fusión, de las rocas de la placa
continental (de composición félsica) que pueden modificar la composición
inicial del magma antes de que alcance la superficie.
Magmatismo en zonas de intraplaca. La actividad magmática en
estas zonas se relaciona con focos puntuales de elevado flujo térmico
denominados puntos calientes. Se trata de columnas de material fundido que
ascienden del manto (plumas) y que están situadas en el interior de las
placas, ya sea en áreas continentales u oceánicas. Sobre corteza oceánica,
esta actividad térmica da lugar a cadenas volcánicas que originan gran
variedad de relieves como guyots, islas oceánicas o domos.
El tipo de magmatismo de estas zonas depende fundamentalmente de si
el magma asciende a través de corteza oceánica o continental. El magma
original es de tipo básico, como sucede en las dorsales y lo seguirá siendo si
la pluma está situada bajo la litosfera oceánica. Los volcanes asociados a
estos puntos calientes en las cuencas oceánicas como las islas Hawai, son el
resultado de muchas capas finas de lava fluidas de composición básica.
Si el magma asciende a través de la litosfera continental, puede asimilar
rocas de la corteza continental, evolucionando hacia composiciones más
félsicas. En regiones continentales, la actividad que provocan estos puntos
calientes ha originado extensas mesetas de lava solidificada, como la meseta
de Deccan en la India, cuya extensión es comparable a la península Ibérica.

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