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Claro es que lo hizo desde una perspectiva idealista, perspectiva idealista que no
impidió a J.G.F. Hegel reconocer que fue por Kant que se consiguió pasar de la metafísica a
la ontología, y fue este mismo Hegel quien llevó a un nivel correcto esta inmanencia al
historizar radicalmente al ser. Marx toma esta perspectiva desde el materialismo y, al
hacerlo, efectivamente, coloca en un nuevo nivel el lugar del ser humano, la episteme del
ser humano y, con ello, la ciencia humana o humanidades, sujetas aún a la tiranía platónica
o aristotélico-tomista o de un cristianismo sin Cristo de tipo liberal. La época actual impone
pensar sistemáticamente varios temas relacionados con el nacimiento y desenvolvimiento
desde una nueva episteme de este nuevo ser humano.
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Robert M, Young (1988): Darwin, Marx, Freud: The Foundations of the Human Sciences, sitio web:
http://www.human-nature.com/rmyoung/papers/paper9h.html; también hay otros autores: Ruse, M.:
Philosophy of Biology Today, State University of New York, USA, 1988; Dennett, D. (1995): Darwin´s
Dangerous Idea (Evolution and the meaning of life), Simon & Schuster, Nueva York; Ruse, M. (Ed):
Philosophy of Biology, Prometheus Books, USA, 1998; Ruse, M.: Darwin and Design (does evolution have
a purpose?), Harvard University Press, USA, 2003. Finalmente, esta idea relacionada con Darwin como
iniciador de las ciencias humanas la escuché, por primera vez, del estimado Prof. Fernando Bobbio Rosas
por la década del 80 del siglo XX cuando era su alumno del curso de Teoría del conocimiento.
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Marxist Internet Archiv em português: A Ideologia alemã, sitio web:
http://www.marxists.org/portugues/marx/1845/ideologia-alema-oe/cap1.htm#i1; acesso 20/3/08, 14:00
horas.
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En El capital, libro 1 Marx ---y es el tercer sentido--- salta en su concepción y demuestra que la
naturaleza de la alienación y cosificación no solo es problema filosófico, el análisis de la forma mercancía–
valor abstracto establece el soporte central de dos ideas: 1) el carácter social de la cristalización de las ideas,
en este caso sobre la mercancía en la sociedad capitalista, que se desenvolvieron incrustadas en las
relaciones sociales e instituciones, 2) como el mismo sistema se torna soporte de una reificación global de
las relaciones sociales y del individuo, reificación o cosificación economicista. A este aspecto del idealismo
y el materialismo tengo llamado de materialismo de lo subjetivo objetivado y, por extensión, de la
subjetividad.
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Karl Marx-Friedrich Engels: Die heilige Familie oder Kritik der kritischen Kritik gegen Bruno Bauer und
Kunsorten: 6 Kapitel. die absolute kritische Kritik oder die kritische Kritik als Herr Bruno: 4. Kritische
Schlacht gegen den französischen Materialismus; Seitenzahlen verweisen auf: Karl Marx - Friedrich Engels
- Werke, Band 2, S. 3 - 223 Dietz Verlag, Berlin/DDR 1972. Geschrieben September bis November 1844.
Erstmals erschienen Ende Februar 1845; web site: http://www.mlwerke.de/me/me02/me02_003.htm; acesso
20/03/2008; 17:00 horas. Es un resumen (pp. 133-139).
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F. Engels: Antidhuring, 1877, Prefácio 2ª edição, 1885, sitio web:
http://www.marxists.org/portugues/marx/1877/antiduhring/prefacios.htm#00p1; acesso 22/03/2008; 20:00
horas.
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Esta vía esquemática fue después retomada por G. Plejanov6, junto con el modo de
evaluar el materialismo francés. Según Plejanov, la historia del materialismo habría
comenzado casi en el siglo anterior, esto es, el siglo XVIII, lo que es muy problemático de
aceptar, por no decir que es errado. Estimo, en general, que tanto Marx como Engels se
situaron en la esfera del materialismo de lo subjetivo objetivado, y que no desenvolvieron
más en el campo del materialismo estructural explícitamente. Esta forma de materialismo
de lo subjetivo-objetivado deja de funcionar cuando trabaja en otro campo, por ejemplo, El
capital con fines de ampliar indirectamente, ahí sí, la fuerza del materialismo estructural.
El tema de la tradición
Y en esta simple tesis se observa la magnitud del problema y expresada en las diversas
tendencias del marxismo posterior. Si bien Marx señala que la mercancía resulta el
producto central de esa relación no niega con ello que exista también presencia del
“espectro objetivado” en las otras relaciones sociales. Y que se pueda reproducir y al
hacerlo afecte otras esferas. Se prolonga y afecta también a las relaciones sociales y
humanas8.
El ser humano concreto parece moverse más por los imperativos cotidianos y lo
estructural afectivo (Stimmung), que connota algo más completo que el elemental “estado
de ánimo”, más bien coyuntural o situacional. Stimmung remite más a la idea de “estado de
ánimo” estructural, e implica, más allá de eso, la relación que se tiene con los ideales
morales que enriquecen el amplio abanico de las valoraciones de toda índole en el orden de
lo cotidiano.
En síntesis, nuestra Stimmung lleva esta marca, aún centralmente preliberal, lo que
hace que nuestro modo de evaluar, valorar y actuar en el mundo esté condicionado por esta
episteme premoderna. Se trata, precisamente, de romper con esa vieja episteme con la cual
interpretamos, valoramos y determinamos nuestra conducta cuando se trata de la estructura
afectiva, cuando se trata de la ontología de la estructura afectiva.
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D’Agostini, F (2003): Analíticos e continentais, UNISINOS, Brasil.
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La aplicación del ego transcendental al proceso de los actos humanos de Tomás lleva a
la consideración interesante que no están reducidos a lo estrictamente moral. El ego
transcendental es el modo de constituir el mundo desde el “yo ontológico” y este “yo
ontológico” es capaz de desenvolver una perspectiva en el orden del horizonte de sí mismo,
la relación de sí mismo con los otros y de los otros. Por ejemplo, N. Hartmann habla de
diversos niveles: físico, psicológico, espiritual, etcétera. Mas el último, o sea, el
reconocimiento de los niveles, solamente puede ser desde el “yo ontológico” puesto de
manifiesto, en mi estimación, por E. Husserl.
El elemento que facilita esta ingeniería del “yo ontológico” en los niveles antes
indicados son precisamente los actos humanos. Los actos humanos no dan cuenta
únicamente del contenido moral de ellos, dan cuenta general del movimiento de cómo estos
actos humanos nos acercan a un ideal explicitado por el “yo ontológico” que aspira al
bienestar en el mundo, donde el bienestar material (respecto a los otros niveles) es inferior,
mas necesario, lo central es el desenvolvimiento espiritual pleno del ser humano
En el cristianismo, por ejemplo, se eleva este “yo ontológico” a una forma ideal donde
lo religioso daba este bienestar, o sea, por mediación de la religión se canalizaba el
bienestar de este “yo ontológico” y los actos humanos evaluados moralmente o reducidos a
lo moral determinaban el paso siguiente: actuar correctamente nos da bienestar pleno, o sea,
ontológico-moral, en el mundo. Y daba al “yo ontológico” forma religiosa y
dominantemente moral. Eliminar el aspecto religioso confesional y moral deja, en general,
que se hable a secas de bienestar ontológico que es resultado del bienestar de los niveles
antes indicado; que durante siglos el canal de socialización hayan sido los aparatos
religiosos es otro problema. Así se puede tomar el problema del bienestar ontológico
despojado de sus vigas interpretativas teológicas y de un cristianismo sin Cristo propio del
mundo liberal.
Se puede tener una perspectiva de las líneas ontológicas centrales desde la cual se
puede reestudiar la estructura afectiva en el proceso de la historia occidental y tener, más
allá de esto, la posibilidad de formularse el problema de la estructura afectiva como un
problema centralmente contemporáneo. Problema del ser humano contemporáneo
dominado por el temor, la angustia, la soledad, unido a la horrorosa manipulación de los
sistemas socio-políticos, y, a su vez, sea diferente de la formulación de G. Lukács que
sostenía la tesis del enfrentamiento entre la razón y el irracionalismo. Mas dominado por
una episteme sobre la estructura afectiva sujeta al cristianismo o un cristianismo sin
Cristo10.
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Sobre la episteme y el cristianismo sin Cristo da cuenta el libro de Michel Orfray: Tratado de ateologia,
Anagrama, 2006 (2005), pero esta idea de cristianismo sin Cristo es bastante antigua, y para una efectiva
lucha atea también ayudan enormemente los manuales ateístas de los soviéticos; también Zuckerman, Phil:
Atheism Contemporary Numbers and Patterns, en: The Cambridge Companion to ATHEISM, Michael
Martin (Ed), Cambridge University Press, USA, 2007: “According to Inglehart et al. (1998, 2004), the 1999
Gallup International Poll, and Barret et al. (2001), Hiorth (2003), less than 1 percent to 2 percent of those in
El Salvador, Guatemala, Bolivia, Brazil, Costa Rica, Colombia, Ecuador, Honduras, Nicaragua, Panama,
Peru, Paraguay, and Venezuela are atheist, agnostic, or nonreligious” (p. 49), y una de las conclusiones de su
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Estimamos que tanto (a) y (b) son caras de la misma moneda llamada del “último
hombre”, estación espiritual inevitable antes de acceder al nacimiento del “sobre hombre”
o el primer hombre de F. Nietzsche. Se trata de la ontología de la estructura afectiva
formulada en un horizonte radical y masivamente no teísta que en occidente significa no-
cristiano.
Una metafísica inmanente que haga del ser humano un ser humano sin cadenas: salud
multilateral, fuerte voluntad, amor porque quiere amar y le sobra afecto, y, finalmente,
unidad con la naturaleza. Todos son estos ingredientes de corte nietzscheano
correspondientes al primer hombre
Consideración final.
Educar al ser humano es una cuestión central de nuestra época, pero hacerlo significa
abordar nuevas perspectivas sobre este ser humano, formas ontológicas y científicas de la
manera como lo entendemos. La perspectiva aristotélico-tomista es una forma superada
como lo es también la perspectiva del cristianismo sin Cristo, la época nos lleva a la forma
radicalmente inmanente, es decir, ateísta. Y explorar más drásticamente la forma
conductual del ateísmo práctico positivo. De esta forma se configuran las condiciones
espirituales, paralela a las materiales, de aproximarnos a un ser humano individual y
colectivo educado radicalmente autónomo en la esfera ontológica y frente a sí mismo.
investigación dice: a más alta seguridad material y física como educativa más alto el nivel de ateísmo, y, a la
inversa, mientras más bajo, más alto el nivel de creencia en dioses (p. 62): Sobre los datos de Zuckerman
diré que él se refiere a estadísticas en las que explícitamente el entrevistado se declara ateo o agnóstico,
posición interesante pero que no comparto. Los miembros del Movimiento Humanista Arreligioso difunden
una estadística sobre el ateísmo en el Perú que estima que entre 1900 y el 2000 habría crecido de un 1% a
10%; El documento Gaudium et Spes expresa la variante del ateísmo como ateísmo práctico, es decir un
cristianismo sin compromiso con sus valores y, por tanto, cuya conducta no es encarnación de lo que se
habla o cree o dice creer, cultural y ritualista, también el Catecismo: 2123-2128 y 2424-2425. Es bien
diferente del ateísmo doctrinario. En la medida que este ateísmo práctico es el más letal es el que más se
tiene que estimular orientado en un sentido positivo.