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El valor del metabolismo basal previsible de un hombre sano es el +/- 5%, por
tanto se trata de una constante fisiológica, al igual que la temperatura basal y la
temperatura rectal. Tal como se indica en la figura el metabolismo basal decrece
lentamente con la edad: es algo más elevado en el hombre que en la mujer. El
metabolismo basal es muy sensible a las enfermedades e la nutrición y a las
alteraciones endocrinas (suprarrenales, tiroideas) su determinación es
indispensable cuando hay que identificar una afección tiroidea. El valor del
metabolismo basal varía según determinadas condiciones fisiológicas; crece en la
sobrealimentación y disminuye con la subalimentación, aumenta en climas fríos y
disminuye en clima cálido. Oscila según la actividad física de las personas. Se
incrementa después de una emoción y disminuye con el sueño; en el embarazo se
aprecia un incremento sensible hacia el sexto y séptimo mes.
El niño puede tener una capacidad metabólica mayor que el adulto ya que el
volumen del hígado en proporción al peso del niño de un año es el doble que en el
niño de 14 años. Esta mayor capacidad metabólica del niño se observa con
fármacos que dependen de la capacidad metabólica hepática (antiepilépticos,
diazepam y teofilina) o del flujo sanguíneo hepático (propranolol y
dextropropoxifeno).
Pauta de administración. Hay que diseñar una pauta sencilla con el menor
número de medicamentos, de tomas y de número de pastillas y dar las
instrucciones por escrito para evitar errores en la toma de la medicación. El
anciano puede tener dificultad para oír y recordar las instrucciones, leer etiquetas
pequeñas o distinguir entre pastillas semejantes. En algunos casos es conveniente
que alguien supervise la toma de la medicación. Los envases deben ser fáciles de
abrir y la forma, el tamaño y el color de los medicamentos debe facilitar su
identificación. El anciano puede tener dificultad para tragar tabletas grandes,
siendo necesario utilizar en ocasiones soluciones o suspensiones e, incluso,
supositorios.
En general se requieren dosis menores, por lo que es conveniente empezar con
dosis bajas y aumentarlas sólo si es necesario, siempre que sea posible en una o
dos tomas diarias.
Control del tratamiento. Es importante controlar la posible aparición de efectos
secundarios, retirar o cambiar los fármacos que no sean eficaces y evitar que los
medicamentos se tomen más tiempo del necesario.
Los fármacos que se unen en una proporción elevada a las proteínas plasmáticas,
por encima del 90 por ciento, pueden presentar modificaciones farmacocinéticas
en casos de hipoalbuminemia. Los fármacos se unen a proteínas cuando
necesitan ser transportados en el plasma. La albúmina es la principal proteína
transportadora de fármacos. Únicamente la fracción libre, no unida a proteínas, es
la que presenta actividad, puesto que es capaz de distribuirse hasta el lugar de
acción y unirse al receptor sobre el que tiene que actuar. La fracción unida actúa
como un reservorio, que va dejando libre al fármaco en función de la disminución
de las concentraciones de la fracción no unida en plasma. En casos de
hipoalbuminemia (enfermedad hepática, desnutrición, síndrome nefrótico), el
porcentaje de fármaco no unido se incrementa. Este aumento no siempre tiene
repercusiones clínicas. La fracción libre distribuye más y también se elimina a
mayor velocidad, salvo que existan problemas de eliminación o que el volumen de
distribución del fármaco sea pequeño. Entonces un incremento de la fracción libre
puede traducirse en un efecto farmacológico superior al esperado.
8. ¿Qué consecuencias tiene la dosificación subterapéutica de un
antimicrobiano?
BIBLIOGRAFÍA