Professional Documents
Culture Documents
nosotros su propia naturaleza. Por eso nos envi a su Hijo Jesucristo, quien se hizo como un espejo para nosotros a fin de que nosotros pudiramos ser como l.3 De modo que podemos tomar a Cristo como nuestro espejo divino, slo que, a diferencia de los dems espejos, l no reproduce una imagen desagradable como la nuestra sino su propia imagen atractiva. Y lejos de ser un espejo comn y corriente, que no perdona, l perdon hasta a quienes lo clavaron en la cruz, donde sell nuestro perdn de una vez y para siempre.4 Como espejo perfecto que es, Cristo nos ama con un amor perfecto.5 Pero no condiciona ese amor a que nosotros seamos perfectos, sino que nos lo muestra cuando ms imperfectos nos vemos.6 Por eso nos mira y nos dice: Lo que ms vale no es que seas perfecto sino perdonado. Acepta el perdn que te ofrezco, y te transformar a mi semejanza de modo que reflejes mi gloria.7
1 2 3 4 5 6 7
Luis Junceda, Del dicho al hecho (Barcelona: Ediciones Obelisco, 1991), p. 171. 1S 16:7 Ro 8:29; Jn 1:14 Lc 23:34 1Jn 3:16; 4:9-10 Ro 5:8 2Co 3:18