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Apocalipsis: el fin de los tiempos: El triunfo del Cordero de Dios
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Ebook397 pages7 hours

Apocalipsis: el fin de los tiempos: El triunfo del Cordero de Dios

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About this ebook

Sermons by one of the most influential pastors in America dealing with the book of Revelations.

Sermones sobre el Libro de Apocalipsis.
LanguageEnglish
Release dateJan 1, 2017
ISBN9781433649387
Apocalipsis: el fin de los tiempos: El triunfo del Cordero de Dios
Author

Adrian Rogers

Adrian Rogers (1931-2005) was one of America’s most respected Bible teachers, communicating to millions through his Love Worth Finding radio and television ministry that continues today. He was also senior pastor of the 27,000-member Bellevue Baptist Church near Memphis, Tennessee, and a popular author whose books include What Every Christian Ought to Know and The Incredible Power of Kingdom Authority.

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    El hombre fuera de sus sombras tiende a la bondad, y a su padre. Esto es, la divinidad.

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Apocalipsis - Adrian Rogers

momento.

El futuro está aquí

CAPÍTULO 1

Apocalipsis es un libro de profecía.

Sólo Dios puede profetizar y me alegro de que así sea. De verdad no quisiera conocer mi futuro día a día y con lujo de detalles. Eso le quitaría todo el romance y la aventura a mi vida.

En parte, lo que le da emoción a la vida son los principios de la sorpresa y el descubrimiento. ¿Quién sabe (o para el caso quién quiere saber) qué traerá cada día antes de que suceda? En el mejor de los casos, traerá largos períodos de aburrimiento.

No sólo el aburrimiento llenará parte de nuestras vidas, sino que el descarnado terror llenará la otra. La emoción se habrá ido y el terror tomará su lugar. ¿Te gustaría salir de vacaciones con la certeza en el corazón de que en seis semanas, un martes por la tarde a las 15:46 tu nieto morirá al cruzar la calle cuando regresa a casa de la escuela? Qué terror traería a tu mente el conocimiento de este accidente durante todo el tiempo subsiguiente.

«Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos: porque yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí, que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero (Isa. 46:9-10).

¿Alguna vez te has preguntado por qué los videntes que hacen propaganda de sus dones en la televisión por cable nunca ganan la lotería? E incluso la persona que pronostica el tiempo sólo puede hacer una conjetura con cierta base en cuanto al clima. Escuché sobre un meteorólogo que se mudó a otra ciudad porque en el lugar que vivía el clima no coincidía con lo que él pronosticaba. Un profeta de Dios tiene razón el 100% de las veces.

Esto no quiere decir que vivimos a la deriva porque no conocemos los detalles de mañana. De ninguna manera. El plan de Dios para nosotros no es un mapa de ruta sino una relación. Él conoce el futuro y nosotros lo conocemos a Él; eso es suficiente. Nuestra falta de conocimiento de los detalles del día a día es lo que nos mantiene cerca.

La gente tonta gasta tiempo y dinero estudiando minuciosamente los horóscopos y consultando a los llamados videntes para tratar de ver lo oscuro y desconocido. ¡Cuánto mejor es caminar por la vida tomados de la mano de Aquel que conoce el camino y que se preocupa por nosotros!

Dicho esto, hay un sentido en el que sí quiero conocer el futuro. Quiero saber que Dios tiene un plan final para el universo y todo lo que hay en él. Quiero la seguridad de que desde el punto de vista del cielo todo está planeado, bajo control y programado. El libro de Apocalipsis me dice que el futuro está en las manos de Dios y que lo mejor todavía está por venir. ¡De eso podemos estar seguros!

En tanto que tenemos esta seguridad a través del libro de Apocalipsis, hay alguien que odia los libros. Su nombre es Satanás. De hecho, hay dos libros en la Biblia por los que Satanás siente un odio especial: Génesis y Apocalipsis, el primero y el último libro de la Palabra de Dios.

¿Por qué odia estos libros? En el libro de Génesis, se profetiza la condenación de Satanás. En el libro de Apocalipsis, se lleva a cabo la condenación de Satanás. En los dos primeros capítulos de la Palabra de Dios y en los dos últimos capítulos no hay diablo. Para cada hijo de Dios, estos son libros que unen todo el mensaje del evangelio.

En Génesis vemos la creación de los cielos y de la tierra. En Apocalipsis vemos la creación de los cielos nuevos y de la tierra nueva. En Génesis, vemos al primer Adán reinando sobre la tierra. En Apocalipsis vemos a Jesús, el postrer Adán, reinando en gloria. En Génesis, vemos a una novia terrenal que se le trae al primer Adán. En Apocalipsis, vemos a una novia celestial que se le trae al Señor Jesucristo, el postrer Adán.

En Génesis, vemos el comienzo de la muerte y de la maldición. En Apocalipsis, el Salvador nos trae a un estado en el cual no hay más muerte ni más maldición. En el libro de Génesis, el hombre es alejado del rostro de Dios debido al pecado. En el libro de Apocalipsis, vemos el rostro de Dios en gloria.

En Génesis, Satanás aparece por primera vez. En Apocalipsis, aparece sobre la tierra por última vez. El libro de Apocalipsis es el broche de oro que sella la Palabra de Dios en una perfección santa y divina.

Ahora, comencemos nuestro estudio de Apocalipsis con cuatro sencillas verdades que desean permanecer en nuestro corazón.

La persona central del Apocalipsis

Por donde mire en la Biblia, encuentro a Jesús. Es el corazón de toda la Biblia. Él es la rosa de Sarón. Es el lirio de los valles. Si lees la Biblia y no ves a Jesús, necesitas volver a leerla. Por cierto, Jesús es el héroe de la Biblia y especialmente del libro de Apocalipsis. Apocalipsis 1:1-2 nos dice que la persona central del libro es Jesús y que el testimonio de este libro es Jesús: «La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan, que ha dado testimonio de la palabra de Dios, y del testimonio de Jesucristo, y de todas las cosas que ha visto».

Cuando el mundo comience a quedarse sin cuerda, no estaremos esperando que algo suceda; estaremos esperando que alguien venga. Su nombre es Jesús. Algunas veces, la gente llama a este libro «Revelaciones». No son revelaciones. Es la revelación, en singular. Es la revelación de alguien: del cordero glorificado y sin mancha, Jesucristo.

La palabra en inglés revelación es la traducción de la palabra griega apokalupsis. Es la palabra de donde sacamos nuestro vocablo Apocalipsis. Literalmente quiere decir «develar» ¿Alguna vez ha visto cómo se devela una obra de arte? Es una ocasión importante en la cual hay dignatarios presentes; alguien tira de un cordón y, por primera vez, se ve públicamente la obra de arte tal como el artista pretendía. Eso es exactamente lo que significa la palabra.

Un día, vi un titular en el periódico que me llamó la atención: «Los ancianos Bush develan una escultura con orgullo.» El artículo decía: «Con orgullo paternal, el ex presidente George Bush y la primera dama Bárbara Bush develaron [apocalipsis] una escultura de cinco metros de cemento de su primer hijo, el actual presidente de la nación. Justo antes de que el ex presidente Bush develara la estatua, dijo: «Esto significa mucho para una madre y un padre muy orgullosos». ¿Pueden imaginar el latido del corazón de Dios el Padre cuando su Hijo sea develado en toda su gloria ante el mundo? ¡Aquí se devela a mi querido Hijo que no es el presidente de los Estados Unidos, sino que es el Rey de reyes y Señor de señores!

La segunda venida de Jesús será muy diferente de su primera venida cuando su gloria estaba velada. La primera vez, vino para que lo crucificaran; ahora viene para que lo coronen. La primera vez vino en vergüenza; ahora viene otra vez en esplendor. La primera vez, vino a un árbol; ahora viene otra vez a ocupar un trono. La primera vez vino y se paró delante de Pilato; ahora viene otra vez y Pilato se parará delante de Él para ser juzgado. La primera vez vino como siervo; ahora viene otra vez como soberano.

En la actualidad, muchos se abusan, lo utilizan mal, lo ignoran o se burlan de Jesús. No tiene el lugar que le corresponde en la sociedad. Luego de la tragedia del 11 de septiembre de 2001, el presidente George W. Bus hizo un llamado a un día de oración en la Catedral Nacional de Washington, D.C. Miles miraron por televisión. Si puedes recordar, cantaron el himno de Martin Luther (que puede ser mi himno favorito), «A Mighty Fortress Is Our God» [Poderosa fortaleza es nuestro Dios]. Lo que tal vez no recuerdes es que omitieron la siguiente estrofa:

Si confiáramos en nuestra fuerza, la batalla perderíamos;

Si el Hombre correcto no estuviera de nuestro lado,

el que Dios mismo escogió:

¿Preguntas quién puede ser? Cristo Jesús, Él es;

Señor Sabaot, su nombre, el mismo de edad en edad,

Y Él debe ganar la batalla.

Durante esta ceremonia, Billy Graham predicó acerca de la cruz de Jesucristo y sin embargo, la radio pública nacional omitió parte de este mensaje. Cuando le preguntaron al respecto, la radio respondió: «Estábamos cambiando la cinta». Juzga tú. Cuando Jesús regrese, no se omitirá ni una palabra. Contemplaremos su gloria develada, no como Él era, sino como es: el Rey de reyes y Señor de señores.

El claro propósito de Apocalipsis

Apocalipsis 1:1-2 dice: «La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan, que ha dado testimonio de la palabra de Dios, y del testimonio de Jesucristo, y de todas las cosas que ha visto».

Sólo Dios conoce el futuro, y el claro propósito de Apocalipsis fue que su Hijo Jesús les mostrara a sus siervos el futuro. La palabra siervo en el versículo 1 es la palabra griega doulos: la clase de siervo que voluntariamente se vuelve esclavo del Señor Jesucristo. Estos son los que han entendido aquello de lo que Pablo habló en 1 Corintios 6:19-20: «¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo».

¿Eres un esclavo de Jesucristo? ¿Has doblado su rodilla ante Él? ¿Lo has coronado como Señor de tu vida? Si es así, el Espíritu Santo que vive dentro de usted le dará una legítima comprensión del libro de Apocalipsis. Si no eres un hijo de Dios, entonces no tienes al Espíritu Santo para que te dé una comprensión de este libro. La Biblia es un libro cerrado para aquellos que nunca han inclinado su rodilla delante de Jesucristo.

El gran historiador, H. G. Wells, escribió un libro titulado The Fate of Man en el cual dijo: «¿Quiénes, aparte de los maniáticos y los lunáticos, leen el libro de Apocalipsis?» No puedo estar de acuerdo. Dios nos ha dado una perspectiva divina en cuanto al futuro y un mensaje en el libro de Apocalipsis que dice que Él tiene el control. Efesios 1:11 dice que Dios «...hace todas las cosas según el designio de su voluntad». Dios no se está retorciendo las manos en el cielo preguntándose qué va a hacer. La santa trinidad nunca se reúne en una reunión de emergencia. Él tiene el control y su voluntad se cumplirá con toda seguridad.

No te hagas la idea que tienen algunas personas: que el diablo conoce el futuro. El diablo no conoce el futuro. Si lo conociera, sabría que jamás será exaltado por encima de las estrellas de Dios. Digámoslo de manera directa y con todas las letras: ¡Satanás es un cabeza de chorlito! Es brillantemente estúpido y terriblemente hermoso. Uno de estos días se irá al infierno. Todavía no está en el infierno, pero está destinado a ir a parar allí. Y cuando llegue, no reinará en el infierno.

¿De dónde sacó la gente la idea de que Satanás lo sabe todo? Creo que proviene de lo que llamamos la teología «circular». Muchas son doctrinas de enseñanza que no provienen de la Palabra de Dios. Necesitamos sacar nuestra teología de la Palabra de Dios, no de los rumores de los demás.

Todas las mañanas, alrededor de las 11:30, el operador telefónico en una pequeña ciudad de Nevada recibía un llamado. El hombre al otro lado de la línea preguntaba: «¿Qué hora es?» El operador le daba la hora. Esto sucedió día tras día hasta que un día, reunió el valor necesario como para preguntarle: «¿Por qué me llama todas las mañanas a esta hora y me pregunta qué hora es?»

«Bueno», dijo el hombre, «Soy el capataz en el aserradero, y toco el silbato a las 12:00 del mediodía para el descanso del almuerzo. Quiero asegurarme de que toco el silbato a la hora exacta, entonces lo llamo a usted.» El joven rió en voz alta y dijo: «Señor, yo ajusto mi reloj cuando usted toca el silbato.» Amigo, necesitamos confiar en la Palabra de arriba, la Palabra del Dios Todopoderoso.

¿Por qué tenemos el libro de Apocalipsis? Para mostrarnos las cosas que vendrán. Las cosas de las que se hablan en el libro de Apocalipsis todavía no se han cumplido en el primer siglo, como enseñan algunos teólogos. Además, Apocalipsis no es un bosquejo de la historia, que comienza en el siglo primero y continúa hasta la actualidad. El libro tampoco es una alegoría espiritual que compara la batalla entre el bien y el mal.

Apocalipsis se refiere a la consumación de la era por venir. Cuando estás seguro de tu futuro, puedes concentrarte en tu presente.

La consoladora promesa de Apocalipsis

Hay una bendición en el libro de Apocalipsis: «Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca» (Apoc. 1:3).

Léelo. Apocalipsis es un libro de bendición si lo lees y lo guardas. Trae una bendición especial. ¿Quieres recibir bendición? Entonces, lee el libro de Apocalipsis.

Óyelo. Una cosa es leer el libro de Apocalipsis y otra cosa es escucharlo. Jesús dijo: «Si alguno tiene oído, oiga» (Apoc. 13:9). ¿Sabías que puedes leer este libro y aun así no «escucharlo»? ¿Recuerdas a tus padres o maestros cuando alguna vez te decían: «Me escuchas»? No te preguntaban si los habías oído con los tímpanos; querían saber si entendías lo que te estaban diciendo. ¿Caíste en la cuenta?

Guárdalo. Muchas personas sienten curiosidad sobre el futuro, pero Dios quiere algo más que una mera mente curiosa cuando lees el libro de Apocalipsis. Hay mandamientos en este libro para que obedezcas. Por ejemplo, un mandamiento es que traigas almas a Jesús. Apocalipsis 22:17 dice: «Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente».

Debes sacar la cabeza fuera de las nubes de la profecía y poner los pies sobre el terreno de ganar almas. Si verdaderamente crees que el fin de todas las cosas puede estar cerca, no tendrías una actitud despreocupada en cuanto a compartir a Cristo con familiares, amigos, vecinos o compañeros de trabajo que no conocen a Cristo.

Debemos leerlo, escucharlo y guardarlo; entonces seremos bendecidos. La Biblia es el único libro que conozco que tenga la garantía de Dios de bendecirnos. Puedes estudiar libros de ciencia y de tecnología, pero nunca te bendecirán. Albert Einstein dijo: «Todos nuestros loados progresos tecnológicos (nuestra civilización misma) son como el hacha en manos del criminal patológico». Vance Havner, evangelista y predicador, dijo: «La civilización es como un chimpancé con un soplete en una habitación llena de dinamita». Los científicos y los programadores pueden haber hecho del mundo una aldea, pero no lo han hecho una hermandad.

Los libros de sociología no son la respuesta. Los sociólogos simplemente están volviendo a pintar y a decorar el Titanic, tratando de hacer del mundo un lugar mejor desde donde irse al infierno. Los libros de política tampoco son la respuesta. Ganamos guerras y perdemos la paz. El círculo parece interminable.

Miremos tres bendiciones que recibirás al estudiar el libro de Apocalipsis.

Te desentrañará el misterio de la historia

En las religiones orientales, la historia sencillamente va en un círculo. Por esta razón, los adherentes a estas religiones creen en la reencarnación. Los seguidores religiosos vuelven una y otra vez hasta que captan cómo son las cosas, pero la historia bíblica no es cíclica, es lineal. Los cristianos se mueven hacia una meta.

¿Qué tratas de hacer cuando juegas al ajedrez? Mueves a tu hombre a la fila del rey y dices: «Corónalo». Eso es justo lo que Dios está haciendo. Moverá a su Hijo, el Señor Jesús, hacia la fila del rey y dirá: «Corónenlo». Apocalipsis 11:15 dice: «Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos».

El mundo está en semejante caos hoy en día porque las cosas están fuera de lugar. Al rey (Jesús) le pertenece su trono. A la esposa (la iglesia) le pertenece estar con el esposo. Al criminal (Satanás) le pertenece la prisión. Uno de estos días, cuando el rey esté en el trono, la esposa esté con el esposo y el criminal esté en prisión, entenderemos cómo debían ser las cosas. Apocalipsis desentraña el misterio de la historia.

Traerá sentido a nuestro sufrimiento

¿Qué le dices a un hermano o a una hermana cristiana que sufre un dolor tan insoportable que hasta la medicina más fuerte no se lo puede quitar? ¿Qué dices cuando te encuentras junto al esposo que está al lado de la tumba de su amada esposa y le sostiene la mano a su único hijo? ¿Qué le dices a una madre cuando los ángeles se llevan al cielo a su pequeño bebé y la dejan con los brazos vacíos?

Te diré una cosa que puedes decir: «Éste no es el plan de Dios». Apocalipsis 21:4 dice: «Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron».

Traerá estabilidad en tiempos de caos

¿Has escuchado las noticias últimamente? Los días en los que vivimos son absolutamente increíbles. Sin embargo, el Señor Jesucristo dijo: «Yo soy el Alfa y la Omega, ... el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso (Apoc. 1:8). Hebreos 13:8 dice: «Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos». Alguien me dio una pequeña placa que dice: «Adrian, confía en mí. Tengo todo bajo control. Jesús». Él es todopoderoso.

No se necesita un título universitario para comprender que conocer a Dios trae estabilidad en tiempos de caos. Los simples pueden entenderlo. Los ilustrados pueden entenderlo. Todo lo que se necesita es que el Todopoderoso nos dé ese entendimiento.

Un día, a un hombre que amaba el libro de Apocalipsis y no tenía preparación teológica lo criticaron y ridiculizaron algunos teólogos más «sabios». Dijeron: «No comprendes ese libro. Es un enigma, un rompecabezas. Nadie puede entenderlo». Él les dijo: «Yo lo entiendo». A lo que ellos contestaron: «¿Ah sí?» Entonces, ¿qué quiere decir?» El hombre dijo: «¡Quiere decir que ganamos!»

Jean Fracois Gravelet, el gran Blondin, era un maestro equilibrista. De hecho, el 30 de junio de 1859, fue el primer hombre en cruzar el desfiladero del río Niágara sobre una cuerda floja. Una vez, alguien le preguntó: «¿Cómo te las ingenias para hacer eso sin caerte?» Dijo: «Ve y mira del otro lado en la dirección en la que estoy caminando. ¿Ves esa estrella de plata? Yo la puse allí. Nunca quito los ojos de ella. Pongo mis ojos en esa estrella y camino hacia ella. Eso es lo que me da estabilidad». La segunda venida de Jesucristo, nuestra brillante estrella de la mañana, puede darte estabilidad si esperas su venida. El libro de Apocalipsis es una bendición porque es una esperanza estabilizadora en estos días en los que vivimos.

La profecía certera del Apocalipsis

El tiempo está cerca. Apocalipsis 1:3 dice: «Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca». ¿Qué quiere decir Juan con que «el tiempo está cerca»?

No quiere decir que el tiempo sea inmediato. Quiere decir que es inminente. Jesucristo puede venir en cualquier momento. No estamos esperando algún suceso que tenga lugar antes de que venga Jesús; Él puede venir en el momento que escoja. Siempre nos encontramos viviendo al límite de la eternidad. Además debiéramos vivir «listos» por si Jesús viene esta tarde. Lee lo que estos hombres inspirados por Dios escribieron hace más de doscientos años:

Mas el fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios, y velad en oración. (1 Ped. 4:7).

Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos. (1 Cor. 10:11).

Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca. (Fil. 4:5).

Tened también vosotros paciencia, y afirmad vuestros corazones; porque la venida del Señor se acerca. (Sant. 5:8).

Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo. (1 Jn. 2:18).

«Espera un minuto», puedes decirme. «Estos hombres dicen que el regreso de Jesús es inminente. ¿Estaban equivocados?» ¡No! Estaban en lo cierto. En los últimos días, hemos vivido durante más de dos mil años. El apóstol Pablo esperaba a Jesucristo durante su vida. No estaba equivocado al tener esa creencia; estaba acertado. Todo cristiano debería vivir a la luz de la inminente venida del Señor Jesucristo.

Al estudiar Apocalipsis, veremos que algunos dicen que los cristianos atravesarán la gran tribulación antes de que venga Jesús, pero yo no estoy de acuerdo. Los cristianos no están esperando a que las siete copas de ira o el misterio de Babilonia se desentrañen, ¡nosotros esperamos a Jesús! En cualquier momento, Él dará el grito e irrumpirá en los cielos azules. Nosotros necesitamos estar listos.

Su inminente regreso no significa que no haya señales de su venida. Apocalipsis nos dice que sucederán algunas cosas horribles, como un gobierno mundial y una unión de todas las religiones del mundo encabezadas por el superhombre de Satanás, el anticristo. También habrá un increíble aumento en el conocimiento. El mundo se sistematizará en la medida que a cada persona se le dé una marca, un número y no podrán comprar o vender sin ella. Actualmente, vemos fragmentos del cumplimiento de estas profecías.

Richard Swenson estuvo en el programa de James Dobson, Enfoque a la Familia. Hablaba de cómo la historia está llegando a un clímax. Habló de un principio llamado exponencialidad, que quiere decir que nuestra civilización se mueve cada vez con mayor rapidez. Las cosas nos llegan con tanta rapidez que nuestras mentes se adormecen con la velocidad de estos cambios. Swenson cree que están sucediendo con tanta rapidez que no podemos revertirlas. Por ejemplo, no podemos volver atrás en el descubrimiento de cosas que se han inventado, como la televisión, la Internet, la ingeniería genética, la robótica: todas ellas se están archivando rápidamente en el banco de la memoria.

Swenson compartió la siguiente ilustración. Si tomaras una hoja de papel y la doblaras una vez, luego doblaras ese doblez otra vez y la doblaras así unas cuarenta veces, ¿qué altura crees que alcanzaría? Si doblaras esta hoja cien veces, el papel doblado ¡pasaría de largo la vía láctea y seguiría hacia los lugares ocultos del universo!

Aquí tenemos otra ilustración del principio de la exponencialidad. El océano Pacífico tiene 165 millones de km2 (64 millones de millas2) y un promedio de profundidad de casi 4300 m (14.000 pies). Si pones a todos los continentes de la tierra dentro del océano Pacífico, todavía tendrías lugar para otra Asia.

Además, Swenson explicó que si se vaciara el océano Pacífico y luego se comenzara a añadir agua, comenzando tan sólo con una gota, pero duplicando la cantidad cada vez, en tan sólo ochenta veces se volvería a llenar todo el océano. En la decimoséptima gota sólo habría menos de un décimo de un 1% lleno. En la septuagésimo novena gota se habría llenado la mitad. En la octogésima gota estaría lleno. En la octogésimo primera gota tendrías dos océanos Pacíficos. Ése es el principio de exponencialidad, y eso es lo que está sucediendo en nuestra sociedad.

Si trazáramos una línea de avance tecnológico de conocimiento del año 0 al 1975, esa línea sería relativamente chata; pero a partir del 1975 hasta el día de hoy, la línea iría directamente hacia arriba. Un científico dijo que en los siguientes cien años, la ciencia habrá progresado tanto como lo ha hecho en los últimos veinte mil años.

Vivimos en un día que rápidamente se encamina hacia un clímax. Piensa en cómo cambió el mundo luego de la tragedia del 11 de septiembre de 2001. Un día fuimos a trabajar, el sol brillaba y todo estaba normal. Entonces, todo cambió en un instante. La seguridad de todo hombre, mujer y niño del suelo norteamericano se vio amenazada. Los aeropuertos se fortificaron con incontables portales de seguridad. El acceso a cualquier acto de gran envergadura se volvió más estrictamente regulado.

Alguien le preguntó a Ernest Hemingway: «¿Cómo entró en bancarrota?» Él dijo: «Al comienzo, lentamente, luego, con rapidez». De esta misma manera está creciendo nuestro mundo hoy. Pero te puedes preguntar: «¿Acaso todos los avances en medicina, comunicación y tecnología no son para nuestro bien?» Bueno, depende. Vivimos en una era en la cual las armas de destrucción masiva pueden caer en manos de relativamente poca gente. Éste es un momento sin precedentes en la historia del mundo.

El arcángel Miguel dijo en el libro de Daniel: «Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia se aumentará» (Dan. 12:4). La Biblia también dice: «Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución; mas los malos hombres y los engañadores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados» (2 Tim. 3:12-13).

Alguien ha dicho: «Cuando los hombres pequeños tienen sombras largas, sabes que el sol está a punto de ponerse». A medida que el fin se acerque, seremos testigos de más y más degradación y pecado. Nos preguntamos: ¿Cuánto puede existir el mundo tal como lo conocemos antes de que implosione de maldad? ¿Soy pesimista? No, soy un brillante optimista porque sé que los reinos de este mundo serán el reino de nuestro Señor y de su Cristo (ver Apoc. 11:15). También sé que todas las cosas profetizadas en la Palabra de Dios se cumplirán. ¡Cuánta gratitud siento de que Dios nos haya dado su Palabra para darnos aliento, guía y seguridad en su soberano plan!

Años atrás, los creadores de películas de Hollywood produjeron muchas películas del oeste. Uno de los cantantes en la música de fondo de estos Westerns era un talentoso vaquero cantautor llamado Stuart Hamblin. Stuart apenas apareció en unas pocas películas, pero probablemente tuvo más fama por su vida dura.

Un día, Dios cambió todo aquello. Stuart aprendió sobre la salvación de Dios a través de su Hijo Jesucristo. Un joven actor llamado John Wayne notó un cambio en la vida de Stuart y le preguntó: «Stuart, ¿cuál es tu secreto?» Su respuesta se convirtió en un amado himno que han cantado miles de personas y que se ha traducido a varios idiomas. Dijo: «No es un secreto lo que Dios puede hacer». El coro de esta canción lo dice todo:

No es un secreto lo que Dios puede hacer.

Lo que ha hecho por otros, lo hará por ti.

Con los brazos abiertos, te perdonará.

No es un secreto lo que Dios puede hacer.

¿Quieres estar listo para cuando Cristo regrese? La única manera de hacerlo es recibir al único que vino y murió en una cruel cruz para perdón de nuestro pecado y para salvación de nuestra alma. Sin duda, no es un secreto lo que Dios puede hacer. Lo que ha hecho por mí, lo hará por ti.

La importancia de los números

CAPÍTULO 2

El libro de Apocalipsis está lleno de símbolos, señales, analogías, hipérboles, figuras retóricas y números crípticos. Muchas personas han preguntado: ¿Interpretamos Apocalipsis de manera literal o simbólica? La respuesta es, ¡sí! la interpretamos de manera literal y simbólica.

Por ejemplo, más adelante en este libro, hablaremos sobre el simbolismo de Satanás como un gran dragón rojo. Él no es literalmente un dragón. No barre literalmente la tercera parte de las estrellas del cielo con su cola. Eso es un simbolismo.

Pero no cometas el error de decir que no hay diablo simplemente porque está simbolizado como un dragón rojo. Hay un diablo literal que es cruel, feroz, poderoso y malévolo. El simbolismo no elimina la interpretación literal. Tienes que entender el simbolismo para entender el libro de Apocalipsis. Descubre lo que el símbolo representa y luego puedes creer literalmente en él.

Descifremos el código

Antes de hablar del simbolismo de los números, debemos hacer una explicación de la palabra señal, o más literalmente, signo. En Apocalipsis 1:1 se utiliza una variante verbal asociada con signo: "La revelación de Jesucristo, que Dios le dio para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y que señaló (gr. esemanen, del verbo semaino, es decir, declaró en símbolos o significó) enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan" (RVA, nota marginal).

Es realmente importante la traducción alternativa significó, que en el original griego es un tiempo verbal de semaino. Las primeras cuatro letras son S-I-G-N, que nos habla de SIGNO, que en griego es sema. En Apocalipsis hay símbolos y signos (señales) y si no los comprendes, no puedes descifrar el código. Piensa en algunos de los simbolismos:

En el libro de Apocalipsis, vemos que Juan habla como un zoólogo. Traza el simbolismo de Jesús como un cordero y como un león. Más adelante en el libro de Apocalipsis, encontramos bestias alrededor del trono de Dios llamadas zõē en griego. Una tiene la cara de un león; una tiene la cara de un buey o becerro; otra tiene la cara de un águila y otra, la cara de un hombre. Esto es altamente simbólico. Otro símbolo es una bestia malvada y grotesca que sale del agua, que es el anticristo, y otra bestia que sale de la tierra, que es un falso profeta.

Algunas veces, Juan habla como un astrónomo. En el primer capítulo de Apocalipsis, vemos que Jesucristo tiene siete estrellas en su mano derecha. También vemos en Apocalipsis 12 que hay un gran dragón rojo (Satanás), que barre un tercio de las estrellas de los cielos con su cola. Actualmente, usamos en forma simbólica la palabra estrella para hablar de las estrellas de cine o de rock.

Otras veces, Juan usa los símbolos de un artista, a medida que pinta el lienzo de nuestras mentes con sus colores. Por ejemplo, Juan usa el color blanco como un símbolo de pureza una y otra vez. Hay gente con túnicas blancas, gente que monta caballos blancos, la esposa de Cristo está vestida con un atuendo nupcial blanco, el Señor Jesucristo se sienta sobre un gran trono blanco. Juan también usa el color verde, que es el símbolo de la vida en su lienzo. El verde se encuentra alrededor del trono del cielo. Nos enteraremos de jinetes que cabalgan sobre caballos de diferentes colores. El caballo negro habla de hambre, el caballo gris habla de muerte y el rojo habla de guerra. También oiremos sobre una mujer vestida de púrpura, que es el color de la riqueza y la realeza.

Juan también ha hablado como un geógrafo. Por ejemplo, vemos que hay una mujer que se sienta sobre siete montañas que lo más probable es que se refiera a la ciudad de Roma. También hay un mar con un oleaje agitado que habla de gente, naciones y lenguas. Además, hay un río de cristal que fluye del trono de Dios. Esto habla de la beneficencia y de las bendiciones de Dios.

Por último, vemos que Juan habla como un matemático. Por ejemplo, el número clave en Apocalipsis es el siete. Apocalipsis 1:4 dice: «Juan, a las siete iglesias que están en Asia». Apocalipsis 1:20 dice: «El misterio de las siete estrellas que has visto en mi diestra, y de los siete candeleros de oro: las siete estrellas son los ángeles de las siete iglesias, y los siete candeleros que has visto, son las siete iglesias.» Y hay muchos otros sietes: siete sellos, siete trompetas, siete copas de juicio, siete cosas nuevas y siete personas.

La cuestión científica de los números

Algunas veces, la gente habla de las leyes de la naturaleza. No existen las leyes de la naturaleza; sólo existen las leyes de Dios que la naturaleza obedece. Dios es un Dios de orden y diseño, y debido a esto ha creado las leyes de los números en el universo.

Las leyes de los números les ayudan a los astrónomos a explicar lo que sucedió en las esferas celestiales

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