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Gemelas Libro 3 - La Verdad: Gemelas, #3
Gemelas Libro 3 - La Verdad: Gemelas, #3
Gemelas Libro 3 - La Verdad: Gemelas, #3
Ebook119 pages1 hour

Gemelas Libro 3 - La Verdad: Gemelas, #3

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About this ebook

Continúa la historia de suspenso de Casey y Ali, las dos chicas parecidas que descubren que son gemelas idénticas y que fueron separadas al nacer. ¡Este libro es probablemente el más emocionante y emocional de la serie hasta ahora!

¿Cuáles son las consecuencias de la decisión de las chicas de intercambiar de lugar? ¿Se ven obligadas a revelar la verdad y cuáles son las repercusiones si lo hacen? ¿Y cuál es el resultado cuando ambas chicas lse enamoran de Jake Hanley, el chico más guapo de su grado? Encontrarás las respuestas a todas estas preguntas y serás cautivado de principio a fin.

Este es otro libro fabuloso para las niñas y para todo aquel que disfrute de una lectura llena de acción y suspenso, con problemas de amistad, rivalidad entre hermanos, enamoramientos de chicos y mucho, ¡mucho más! ¡Una gran historia para niñas de 9 a 12 años!
 

LanguageEspañol
Release dateFeb 2, 2023
ISBN9781386897729
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    Gemelas Libro 3 - La Verdad - Katrina Kahler

    CAPÍTULO UNO

    Ali

    ––––––––

    La pregunta de la abuela Ann resonaba en mi cabeza. ¿Tienes algo que quieras decirme?

    Debí haberme quedado en cama esa mañana. Al menos si hubiera esperado a Lucas y a mi madre para despertarme, la abuela Ann no me hubiera confrontado. Tenía un presentimiento, ella sabía que yo no era Casey. Yo había revelado accidentalmente la marca de nacimiento en forma de corazón en mi hombro en camino a tomar una ducha. ¿Por qué no había sido más cuidadosa? Mi amor por las camisetas sin mangas me había puesto en esta situación.  Sólo tenía un día más antes de que Casey y yo intercambiaramos nuevamente  y aquí estaba yo, a punto de arruinarlo todo.

    Sus ojos seguían moviéndose entre mis ojos y mi hombro. Me pondría una camiseta con mangas después de mi ducha. Con una ligera caída de la tela, me descubrirían.

    Mi estómago se revolvió, parcialmente vacío pero más que todo por los nervios. Si le dijera la verdad—que yo era Ali, y que Casey había estado en mi casa todo el fin de semana—¿Qué diría ella? ¿Exigiría ella que Casey volviera a casa? O estaría feliz de conocer a su nieta perdida de hace mucho tiempo? Había tenido el mejor fin de semana con mi verdadera familia, no quería que eso acabara todavía.

    ¿Casey? preguntó la abuela Ann.

    Tragué. No, no tengo nada que quiera decirte.

    ¿Estás segura? preguntó la abuela Ann firmemente.

    Ya había mentido todo el fin de semana sobre mi identidad. Era diferente estar cara a cara a una acusación, pero tenía que seguir con el plan por un día más.  

    Sí, estoy segura. ¿Por qué piensas que tengo algo que decirte?

    Ví tu hombre esta mañana, Casey, dijo ella. Noté el tono con el que decía el nombre de Casey. Era como si ya supiera que yo era una farsante y quería que lo admitiera.

    Intenté aparentar que no tenía idea de a qué se refería. Levanté la manga de mi hombro—el que no tenía la marca de nacimiento. Realmente no sé de qué estás hablando. Creo que debería ir—

    La abuela Ann extendió su mano, y mi corazón se aceleró. Sus dedos fríos rozaron mi otro brazo y apartó la manga de mi hombro, llevándola más arriba. La marca de nacimiento en forma de corazón estaba a la vista.

    Ella se sentó en su silla y me miró. Respire pesadamente mientras ella miraba. Su rostro era inexpresivo e inquebrantable.

    ¿De alguna forma obtuviste una nueva marca de nacimiento, Casey? preguntó ella. Nunca la había notado antes y estoy segura que estaría consciente de una marca tan inusual en mi nieta. Tiene una forma de corazón casi perfecta. No pueden haber muchas personas que tengan una marca de nacimiento que se vea así. ¿Te importaría explicarme cómo llegó ahí?

    Ella junto sus manos en su regazo y me miró. Su expresión era ilegible.

    Evité mirarla a los ojos. En cambio, me concentre en mis manos que se encontraban apoyadas inútilmente en mi regazo. Mis dedos se entrelazaron y comenzaron a sudar. Mi pecho se apretó y mis ojos empezaron a humedecerse. Podía seguir mintiendo, pero que pasaría si la abuela Ann le dice a mi madre que ella pensaba que yo no era Casey. Podría decirle que era un tattoo temporal o algo así, pero ¿qué pasaría si ella quisiera que lo probara  y tratará de quitarlo?.

    Me estaba hundiendo más profundo en un agujero y ahora la única salida de esto era decir la verdad. ¿Pero entonces qué diría Casey? ¿Me culparía por arruinar el intercambio? Ninguna de nosotras quería meterse en problemas. Y yo habia sido la que sugirió el intercambio para empezar. Tal vez si explicaba que esto había sido mi culpa, no se molestarían con Casey por también haber mentido.  Deseaba volver al campamento y pensar mejor el plan. Incluso si Casey no hubiera estado enferma, yo debía de haber pensado en como todo esto afectaría a aquellos que nos rodean.  

    ¿Castigarían la abuela Ann y mi madre a Casey por mentir? ¿Había hecho peor la situación para ella? ¿Podría Casey nunca querer volver a hablar conmigo? Si admitiera la verdad, ¿qué pasaría después? ¿La abuela Ann me obligaría a volver a mi casa? ¿Y cómo haría el intercambio sin que mi madre adoptiva se enterara? ¿Empeoraría su condición? No podría soportar ser responsable por herir a mi madre y hacerla molestar cuando estaba tan enferma.

    Presione mis manos a cada lado de mi cabeza. Todos los escenarios que había pensado incluían más mentiras y empeorar la situación.  No había nada más que hacer que decir la verdad y esperar lo mejor. Recé que Casey no estuviese enfadada conmigo.  Acababa de encontrar a mi hermana y quería que confiara en mí.

    Tomando una respiración profunda, finalmente encontré el coraje para mirar a mi abuela. Siempre he tenido esta marca de nacimiento. Y la razón por la cual nunca la habías visto antes es porque tú no me habías conocido hasta este fin de semana. Mi nombre es Ali Jackson. Y soy tu nieta.

    casey small 2

    La abuela Ann soltó un largo suspiro. Asintió gentilmente y susurró, Lo sé.

    La forma tan calmada con la cual dijo esas palabras fue todo lo que necesitaba. No estaba molesta conmigo. Lo podía ver en su expresión y en su reacción. El alivio llenó mi cuerpo, salte de mí silla y envolví mis brazos alrededor de ella. Era una abuela gentil, comprensiva y cariñosa, la que había anhelado toda mi vida. Dejé ir todas las lágrimas que había estado conteniendo. Ella me sostuvo mientras lloraba. La había conocido solo hace un par de días pero el lazo entre nosotras estaba intacto. Abrazarla parecía la cosa más natural y asombrosa que podía estar haciendo, y la tranquilidad que sentí justo en ese momento, significo más para mí que lo que podía expresar en palabras.

    Odiaba mentirle a todos. El intercambio era solo para que pudiera conocer a mi verdadera familia. No era mi intención herir los sentimientos de los demás. Eso era lo último que quería hacer.

    Ella me frotó suavemente la espalda y me sostuvo con más fuerza. Cuando finalmente fui capaz de recuperar el aliento, todo lo que me había estado guardando salió a borbotones. Sabía que era adoptada. También sabía que tenía una familia biológica en alguna parte. Siempre lo he sabido. En el fondo, estaba segura que había algo más. Pero, cada vez que preguntaba, mis padres evitaban hablar del tema. Y solo parecía molestar a mi mamá, así que tuve que dejarlo ir.

    Más lágrimas vinieron, ahogando las palabras que aún seguían en mi garganta. No le dije que mi madre adoptiva estaba enferma. Siempre estaba en el fondo de mi mente, pero no quería que la abuela Ann se sintiera mal por nosotras.

    Se arrastró por el sofá para que pudiera sentarme a su lado. Pero sostuvo mis manos en las suyas, manteniéndonos juntas. 

    Entonces, ¿nunca te dijeron que tenías una gemela? ¿Tus padres adoptivos te ocultaron ese secreto?

    Asentí. No tenía ni idea. Suena extraño, pero siempre supe que una parte de mí faltaba. Podía sentirlo.

    La abuela Ann suspiró, y

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