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Viajes a la Belleza del Espíritu: Cuatro Textos Dramáticos para la Difusión de la Ciencia
Viajes a la Belleza del Espíritu: Cuatro Textos Dramáticos para la Difusión de la Ciencia
Viajes a la Belleza del Espíritu: Cuatro Textos Dramáticos para la Difusión de la Ciencia
Ebook177 pages1 hour

Viajes a la Belleza del Espíritu: Cuatro Textos Dramáticos para la Difusión de la Ciencia

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About this ebook

La presente obra conformada por los textos Darwin, la Evolución Cultural; Sklodowska, Llamada Curie; El Cerebro de Hamlet; y Antártica, Terra Ignota, invita y permite diversos usos al lector. Si bien, se trata de textos dramáticos para ser pue¬ os en escena con una enorme libertad de interpretación, también puede disfrutarse como el gozo de una nov
LanguageEspañol
Release dateSep 1, 2021
ISBN9789569412219
Viajes a la Belleza del Espíritu: Cuatro Textos Dramáticos para la Difusión de la Ciencia
Author

Roberto Matamala

ROBERTO MATAMALA ELORZ (1950) Doctor en Teoría Literaria y Literatura Comparada por la Universidad Autónoma de Barcelona y profesor del Instituto de Lingüí¬stica y Literatura de la Facultad de Filosofía y Humanidades UACh. Su línea de investigación se orienta al drama chileno nuevo y al teatro regional. Desde 1970 se dedica al teatro universitario e independiente y a la literatura, obteniendo diversas di¬stinciones en la materia. Entre sus libros destacan Juanito Madera (1977-1982-1986-1992); Los cuentos de Pedro Urdemales (2005); Kallfú Chau ñi üll (2007); TenTen y CaiCai Vilú, elogio de la catá¬strofe (2010); El discurso dramático (2014); Viajes a la belleza del espíritu (2015); Los poetas dramáticos del cambio de siglo (2015) y La escena temblorosa, el teatro en Valdivia 1960-1990 (2019). Es también editor de Repertorios, en busca de una poética para el drama nuevo (2010) y Teatro de Los Ríos, una antología crítica de la dramaturgia valdiviana contemporánea (2011).

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    Viajes a la Belleza del Espíritu - Roberto Matamala

    Roberto Matamala Elorz

    Viajes a la

    Belleza del

    Espíritu

    Cuatro Textos Dramáticos para la Difusión de la Ciencia

    Ediciones UACh

    Colección Austral Universitaria de Ciencias Sociales, Artes y Humanidades

    Contenido

    Palabras preliminares

    Algunas ideas de puesta en escena

    Actividades para una lectura dramatizada

    Darwin, la Evolución Cultural

    Sklodowska, Llamada Curie

    El Cerebro de Hamlet

    Antártica, Terra Ignota

    Bibliografía

    Palabras preliminares:

    Apología (frustrada) de Teo Kausel y Lilian Villanueva

    Algún día de otoño del año 2009 el profesor Teodoro Kausel me «cazó» en un pasillo de por allí frente a la biblioteca de la Universidad Austral de Chile. Con aparente inocencia me dio información acerca de que un grupo de académicos estaba organizando una serie de actividades en torno al bicentenario del nacimiento de Charles Darwin y los 150 años de la publicación de El Origen de las Especies y que, tal vez, yo podría «escribir alguna cosita». Este es el modo en que se pide con candidez algo endemoniadamente difícil y que demandará muchas horas de trabajo. Candidez reforzada además porque la bonhomía de Teo es de sobra conocida. Bueno, lo digo de una vez: no se engañen con su candor, es falso; no se detengan nunca a escuchar a Teo Kausel, los meterá en innúmeros problemas; los hará estudiar materias del todo peregrinas; y, finalmente, los tendrá desvelados pensando en cómo escribir «alguna cosita» sobre Darwin y, en especial, de su relación con el sur de Chile.

    Todo comienza como todo vicio. Uno responde: «Estás loco, Teo. No tengo tiempo. No sé nada del tal Darwin ni de sus teorías. Quizás si tuviera más tiempo… para el otro año, pero, claro, ya no será año de Darwin. Gusto de saludarte y adiós».

    Pero el otoño en los jardines de la universidad es hermoso. Especialmente hermoso con el sol de la mediana tarde. Y la belleza también es una maldita embaucadora. Uno recuerda haber leído alguna vez, cuando era joven y de eso hace ya muchos, muchos años, El Origen de las Especies. ¿O era El origen del hombre? Y haber entendido… algo al menos. ¿Y por qué recuerdo ahora a Teilhard de Chardin? ¿Y por qué veo ahora mismo un bello treile en el prado de más allá y pienso en los dinosaurios y su evolución? ¿Y por qué apresuro el paso y ya estoy en mi oficina buscando en internet información sobre el malhadado Darwin?

    Así es, amigos, el camino al paraíso llamado infierno, o todo lo contrario; aquí se los cuento: hay que conseguir bibliografía casi siempre escasa o de lo contrario abrumadora; horas de lecturas, desvelos, apuntes por aquí y por allá, partidas falsas de un texto para el que aún el ingenuo escritor no está preparado, momentos de lucidez y extravío y tantos otros eventos que sacuden al amanuense. Y cuando ya se tiene alguna idea del tema, del enfoque del mismo, viene la pregunta de la puesta en escena. ¿Con quién trabajaré y cómo? ¿Y con qué elementos si no hay ni un peso? Pero ya el tipo, es decir yo, está contagiado: no podrá seguir viviendo si no presenta un texto sobre ese jovenzuelo inútil que, por una inverosímil serie de azarosas circunstancias, se embarcó en un barco llamado Beagle y que, unas décadas más tarde, cambió la ciencia y con ella, la visión del Hombre y el mundo.

    Y así, el 7 de octubre de aquel año, «Darwin, la Evolución Cultural» fue presentado en el Aula Magna de la Universidad Austral de Chile, con gran suceso, para tener luego otras varias presentaciones en liceos de la región. Y quizás, solo quizás, pueda esto hacerme perdonar a Teo Kausel.

    En cambio, perdonar a Lilian Villanueva va a ser casi del todo imposible. Porque ella me tuvo muchas horas, durante muchos años, escribiendo libretos radiales y textos de difusión de la ciencia y poniendo al aire y en escena los personajes de esos textos y sus avatares.

    En este libro presento tan solo los tres últimos que me forzó a escribir. El primero «Sklodowska, Llamada Curie». La vida increíble de esa mujer increíble. La que me tuvo balbuceando días y días «Sklodowska… Sklodowska», mientras un torbellino de imágenes agitaba mi cerebro. Ese cerebro del que nada sabía y del cual no quería escribir y que, en algún malhadado momento, tropezó con Hamlet. Y aquí no fue solo lidiar con materias oscuras de la ciencia, sino también con el insolente arrojo de traducir Shakespeare para parir ese «El Cerebro de Hamlet».

    Finalmente está ese pequeño texto dedicado a un sueño que no pude cumplir: la «Antártica, Terra Ignota».

    Lilian Villanueva, a ti está dedicado este libro, a ti y tu increíble amor por la difusión de la ciencia (¡Y no creas ni por asomo que esto basta para perdonarte!); y también a Teo, el embaucador; y a los queridos Felipe, Roco, Margareta, José Luis, Romina, Jaime y Camila, que pusieron en espacio estos textos.

    Algunas ideas de puesta en escena

    Estimados profesores y alumnos:

    Quizá s leyendo estos textos les parecerá que es imposible pone rlos en escena, por la cantidad de lugares de acción y personajes. Bueno, les puedo decir que estos textos fueron presentados con cuatro actores –tres en el caso de « El Cerebro de Hamlet » – y un técnico. ¿Cómo es posible?

    Muy fácil. Como no teníamos además tiempo para memorizarlos, los textos eran leídos por los actores de pie ante el público. En Hamlet ocupamos atriles, de aquellos que usan los músicos, porque representábamos los distintos personajes usando cintillos y gorros: la actriz, por ejemplo, representaba a la reina Gertrudis con un cintillo dorado y a Ofelia con una coronita de flores; Hamlet tenía un cintillo plateado; y, yo hacía el resto de los personajes (Claudio, Polonio, el sepulturero, Laertes) cambiando gorros. Y no faltaba más.

    Pero esto no es significativo para ustedes: seguramente tendrán reparto para que cada alumno y alumna tenga un personaje. También pueden memorizar los textos, o parte de ellos, para hacerlos más vívidos y potenciar la expresión corporal.

    Quizás sea interesante llamar la atención sobre la hibridez de estos textos. Parte de ellos son dramáticos, pero también hay extensos textos épicos, narrativos. Leer estos textos o decirlos no resulta fácil para actores o actrices sin experiencia y corren el grave riesgo de caer en la monotonía y aburrir al público. Una buena solución me parece que sería dividir estos textos entre los miembros de un coro hablado.

    Lo que siempre acompañó a cada uno de los textos fueron diapositivas. Muchas y bellas diapositivas, buscadas, seleccionadas y ordenadas por nuestro querido Felipe Oliva, quien también las proyectaba mediante un data show, con un libreto lleno de indicaciones.

    Este libreto «técnico» es completamente necesario para poder mostrar cada diapositiva y hacer sonar cada música en el momento exacto.

    Hoy en día los jóvenes son, como ellos mismos lo dicen, «un balazo» en términos de rastrear, obtener y presentar imágenes virtuales, así es que esto es lo que menos me preocupa de las puestas en escena o puestas en espacio o lecturas dramatizadas que de los presentes textos se hagan.

    Y, por si no conocen la diferencia, la puesta en escena es como quien diría la presentación de una «obra de teatro», con vestuario, escenografía, utilería, maquillaje, sonido, música, pelucas y posticería. Con textos memorizados y actuados y planta de movimientos.

    La puesta en espacio en tanto, es una «casi obra de teatro». Hay algunos elementos técnicos de los reseñados más arriba, hay una planta de movimientos y expresión corporal, pero los textos no están memorizados y la exigencia general es menor que en la de un montaje teatral completo. Lo que no quiere decir que sea de menor calidad.

    La lectura dramatizada, finalmente, es una lectura expresiva de cara al público, con determinación de personajes, ritmo y puede o no tener apoyos técnicos. Aquí el valor expresivo de la voz pasa a tener una importancia capital.

    Y, queridos colegas, queridos estudiantes, no se compliquen. Analicen sus posibilidades y sus recursos, tanto materiales y financieros, como de tiempo; vean las ventajas y desventajas que tengan en cuanto a espacios. ¿Hay un aula, un salón, una sala de clases, que puedan ser potenciados como lugares de comunicación? Porque de esto se trata en

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