Viviendo en un mundo en tiempo real: 6 capacidades para prepararte para un futuro inimaginable

© 2018 Jim Selman. Todos los derechos reservados.

www.real-timeworld.com

Este libro no puede ser reproducido o utilizado, total ni parcialmente, sin el permiso expreso y por escrito del editor, excepto para citas breves en una reseña del mismo.

ISBN: 9781543949681 (libro electrónico)

CREDITOS

Diseño de portada: Patrick Broom

www.patrickbroom.com

Edición: Shae Hadden

www.shaehadden.com

Foto del autor: Carl Studna

www.carlstudna.com

CONTENIDO

DEDICATORIA

PREFACIO

TIEMPO REAL

Proposiciones

Orientándonos

Mundo en tiempo real

Navegando ahora

ACEPTAR: el arte de la rendición

¿Por qué la rendición?

El juego acabó

Abandonando

Compromiso

Una tradición honorable

Decir Sí

Una elección

Serena Ambición

Sin tonterías

Vulnerabilidad

SER: el arte del contexto

¿Por qué el contexto?

Pienso, luego existo

Constante e inmutable

Control

Lo individual y lo colectivo

Reinvención

Creando nuevas formas de ser

Yo soy mis relaciones

Respons-abilidad

Siendo tu palabra

Confianza existencial

El ser emprendedor

ESCUCHAR: el arte en la maestría de los estados de ánimo

¿Por qué la maestría de los estados de ánimo?

Plenamente presentes

Siendo anti naif

La brújula somática

Sintonizando

Conciencia inconciente

Conciencia conciente

Estados de ánimo

Ventanas

Interpretaciones

Influencias

Presente y comprometido/a

Espacio y tiempo

Siempre cambiante

COMUNICAR: el arte de relacionarse

¿Por qué relacionarse?

Siempre estamos relacionados

Compromiso

Confianza

Autenticidad

Responsibilidad

Elección y relación

Acerca de las diferencias

Cómo nos relacionamos

Hablando y escuchando

Comunicación como diálogo

APROPIAR: el arte del aprendizaje situacional

¿Por qué aprendizaje situacional?

Conocimiento como commodity

Foco en la acción

Un estilo de aprendizaje emergente

Relevancia

La realidad no le importa

Todo problema es una solución

Comprometerse, accionar, aprender

Justo a tiempo

Realidad relacional

Sensibilidad contextual

Curiosidad

Aprendiendo juntos

CUIDAR: el arte del amor

¿Por qué amar?

El prisma

El cuidado como algo importante

El cuidado como contexto

El cuidado como una manera de ser

El cuidado como remedio

El cuidado como compromiso en acción

Cómo se expresa el cuidado por el otro

Cultivando el cuidado por el otro

Amor y cuidado por el otro

POST ESCRITO

NOTAS

Prefacio

Tiempo Real

Aceptar

Ser

Escuchar

Comunicar

Apropiar

Cuidar

RECONOCIMIENTOS

PERFIL

DEDICATORIA

A los jóvenes, que nos muestran lo que es posible, y a los mayores, que nos dan sabiduría y sentido… si es que estamos escuchando.

PREFACIO

No podemos dejar de vivir hasta que estemos listos. La característica más sobresaliente de la vida es su urgencia, el ‘aquí y ahora’, sin ninguna postergación posible. La vida nos es disparada a quemarropa.

Jose Ortega y Gasset1

Vivimos en tiempos desconcertantes.

Hasta hace muy poco, podíamos esperar a ver hacia adónde iban las cosas antes de comprometernos con un determinado curso de acción. Podíamos prepararnos, alistar lo necesario y arrancar. Pero ya no podemos darnos ese lujo, antes de que algo nuevo nos llegue sorpresivamente. Ya no podemos esperar a que las cosas se desarrollen. Operamos en tiempo real, ese perpetuamente urgente presente, que nos lleva directamente a ir. Solíamos mirar los años hacia adelante, ahora sólo vemos meses y semanas. Incluso la idea de vivir un día a la vez está cambiando por vivir un momento a la vez.

Esto de vivir en el exacto presente, no en el pasado o en el futuro, es relativamente fácil de entender. Pero no es tan fácil de llevar a cabo. Transcurrir constantemente en el presente es vivir la vida como una meditación, abrazando cada segundo como un momento original. Vivir constantemente en el presente es reconocer que todo es acción, y que muchas de las elecciones que enfrentamos, muchas de las acciones que estamos acometiendo, son originales también.

Eso es porque, nos guste o no, nuestro mundo está cambiando a un ritmo exponencial. Muchas áreas de nuestra civilización están convergiendo y ejerciendo una presión creciente sobre los sistemas planetarios de los que depende toda la vida. ¿Cómo se verán afectadas las condiciones de la Tierra? Nadie puede decirlo con certeza.

Y entonces surgen dos preguntas más: ¿podremos cambiar nuestra visión del mundo para enfrentar estas realidades nuevas e impredecibles?, ¿estaremos preparados para navegar y responder a los cambios que sucederán en nuestra vida y en la vida de nuestros hijos?

Yo creo que podremos.

Aunque este pequeño libro incluye algunas gotas de sabiduría obtenidas de mis muchos años como líder transformacional, consultor y coach, mi objetivo no es decirte cómo ser un mejor líder o un mejor ser humano. Estas ideas y reflexiones tienen más que ver con los desafíos personales y profesionales de todas las personas de hoy. No ofrezco soluciones ni respuestas, ni técnicas o consejos útiles. Mi intención es revelar un tipo de ceguera cognitiva que todos compartimos, y provocarte, como lector, a desafiar tus suposiciones básicas acerca del mundo y acerca de la vida.

No creo que enfrentemos problemas técnicos insuperables. Creo que, en un nivel más profundo, tenemos algunos puntos ciegos filosóficos importantes, y preguntas difíciles a las que debemos estar en condiciones de responder. Preguntas que, si se ignoran, indudablemente tendrán como consecuencia que los problemas más apremiantes que estamos tratando de resolver persistan. Preguntas como:

¿Podemos acelerar nuestra propia evolución? ¿Qué nuevas formas de ser y observar el mundo nos permitirán vivir en el presente mientras simultáneamente mantenemos la coherencia dentro de un contexto más amplio, un propósito o una intención a más largo plazo?

¿Es posible producir un cambio radical en la forma en que aprendemos? En un mundo de incertidumbre permanente y cambio acelerado, ¿qué competencias y habilidades necesitaremos? ¿Qué enfoque para el aprendizaje y la educación funcionará en un mundo en tiempo real?

¿Podemos cambiar nuestra relación con el mundo y la vida de tal manera que tengamos menos estrés, ansiedad y resignación? ¿Hay alguna manera de dominar o sintonizar la forma en que experimentamos el mundo, nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro? ¿Es posible vivir en una relación positiva con constante incertidumbre, cambio exponencial y nuestra propia mortalidad?

Este tipo de preguntas nunca se responderán definitivamente, pero vivimos nuestras respuestas todos los días.

Creo que podemos diseñar nuestra propia realidad y tal vez el futuro de la humanidad. Podemos crear un discurso de lo que significa ser un ser humano. Espero que, al hacerlo, seamos capaces de mantener todo aquello que nos hizo, precisamente, seres humanos: amor, compasión, generosidad, alegría, creatividad y asombro, y también nuestra conexión con el espíritu de humanidad.

Es por eso que escribí este libro. La escala y el alcance del cambio actual nos desafía. A cada uno de nosotros. Veo a muchas personas luchando con la cuestión de qué hacer con el resto de su vida, en medio de una realidad tan cambiante. Se sienten perdidas y desorientadas y luchan por salir adelante. Es como si a todos, de repente, nos hubieran encargado ser aventureros y tuviéramos, todos, que recorrer nuestro camino a través de un mundo dinámico y en constante evolución.

Éstas son algunos de los cuestionamientos con los que he estado debatiéndome en estos últimos tiempos. Me he pasado toda la vida trabajando en preguntas acerca de cómo los seres humanos podrían, individualmente y en grupo, darse cuenta de la posibilidad de lograr avances a gran escala sin importar las circunstancias. Teniendo en cuenta la urgencia de los problemas del mundo y el hecho de que siempre estamos navegando por la vida, es posible que algunas de estas reflexiones sean útiles.

No sé hacia dónde se dirige el mundo. Gran parte de ese rumbo incierto no está resultando bien, gran parte está siendo alterada de manera disruptiva. Al mismo tiempo, estamos viendo nacer nuevas tecnologías y posibilidades, que surgen más rápido de lo que la mayoría de nosotros puede comprender. No creo que nadie tenga idea de hacia dónde vamos. Entonces, si buscas predicciones futuristas en este libro, te sentirás decepcionado/a.

Pero no te sentirás decepcionado/a si quieres saber qué puedes hacer en este momento para prepararte mejor para navegar por un futuro desconocido. Tampoco te sentirás decepcionado/a si deseas explorar una forma en que la vida pueda ser satisfactoria y significativa, y qué capacidades ya poseemos que podamos cultivar, para vivir bien en un mundo emergente, en el que no sabemos exactamente hacia dónde nos dirigimos, o cómo llegaremos allí.

Navegar con éxito no depende de saber hacia dónde vamos. Navegar con éxito en un mundo en tiempo real no es una cuestión de orientarnos hacia un destino específico que, aunque quepa especular al respecto, no conocemos. No. Es una cuestión de tener claro el lugar de donde venimos y dónde estamos, y esto sí lo sabemos.

Entonces, ¿de dónde venimos?, ¿dónde estamos? Éstas son, en última instancia, preguntas existenciales, porque no podemos separar dónde estamos de quiénes somos. Todos somos el resultado de la historia. No sólo en el sentido geográfico, sino también en el sentido existencial de nuestro propósito y nuestras relaciones, nuestras tradiciones y prácticas, nuestra cosmovisión y nuestros valores.

Al igual que Leif Erikson, el primer europeo —del que se haya sabido— que navegó por el Atlántico y descubrió América del Norte, podemos partir desde donde nos encontramos ahora, reconociendo aquello en que creemos, conociendo la cultura y la tierra en las que crecimos: inevitablemente nos encontraremos con lo inesperado, el desvío del curso, la llegada a lugares imprevistos. A medida que naveguemos a través de lo que va surgiendo ante nuestros ojos, comenzaremos a percibirnos a nosotros mismos y a nuestras circunstancias, y a percibir a los demás de manera diferente.

Puede que sientas la necesidad de compartir lo que descubras leyendo este libro como iniciador de conversaciones. Te invito a que lo hagas. En cuanto a saber dónde estamos, nada es fijo, permanente o seguro. Lo que sí es seguro es que evolucionaremos, así como esta conversación evolucionará. Mi esperanza es que tantas personas como sea posible se conviertan en navegantes responsables, se muevan cómodamente a través de una realidad dinámica sin mapas, viviendo cada momento como único, respondiendo con facilidad a los cambios en el mundo.

Lo que sigue son algunas ideas básicas para ayudarte a orientarte. Depende de cada uno de nosotros dónde, cuándo y cómo naveguemos a través de nuestras vidas y en los mundos que creamos.

Jim Selman

Septiembre 2018

Ojai, CA

TIEMPO REAL

Si bien la magnitud del cambio que viene no me molesta, es la velocidad del cambio lo que me preocupa.

Peter Diamandis, cofundador y chairman de Singularity University1

Los días del cambio lento ya pasaron.

Vivimos en lo que llamo un mundo en tiempo real, un mundo en el que ya no podemos confiar en nuestro pasado para informarnos de lo que sucederá en el futuro. Un mundo en el que, lo que emerge, nos obliga a revisar y cambiar constantemente nuestras historias acerca de cómo funciona el mundo.

Los aspectos más acuciantes de la vida actual son acelerar el cambio, aumentar la complejidad, la imprevisibilidad y la incertidumbre. El alcance, la escala y la velocidad con que se desarrolla nuestra nueva realidad van más allá de lo que jamás hayamos enfrentado. Solíamos decir: Mientras más cambian las cosas, más se mantienen igual. Hoy, es más preciso decir que, mientras más cosas cambian, más rápido cambia todo.

Nos bombardean a diario con una variedad vertiginosa de conflictos en todo lugar, desde agitaciones geopolíticas y avances tecnológicos hasta desastres medioambientales y disturbios sociales. Muchos de nosotros estamos pendientes de estos cambios a gran escala porque sabemos que nos afectan a todos. Muchos de nosotros intentamos dar sentido a lo que está sucediendo, buscando entender por qué es que está sucediendo y qué puede significar para nuestro futuro.

Algunos dicen que estamos en medio de una revolución y que los viejos sistemas están siendo derrocados. Otros dicen que se trata de evolución, parte de un desarrollo gradual en una forma de vida más compleja. Pero ya sea evolución o revolución no es un problema que se decidirá en este momento. Lo determinará la historia, así como revelará si los cambios que estamos experimentando son beneficiosos o perjudiciales.

Creo que estamos en medio de una transformación global, de un cambio de paradigma en todo el planeta, en el que estamos transformándonos a nosotros mismos y a nuestra relación con nuestra realidad.

Un paradigma es un modelo mental, una cosmovisión, un conjunto de ideas que enmarca la forma en que observamos la realidad. Es el modo en que la realidad aparece para nosotros y, más importante, nos informa cómo estamos navegando la vida. Dentro de un paradigma dado, no podemos elegir lo que aparece, pero siempre tenemos opción acerca de cómo nos relacionamos con ello.

Cuando lo que sucede ya no se ajusta a nuestro paradigma, nuestra cosmovisión tradicional (esa comprensión histórica de quiénes somos, de nuestras relaciones con todos y todo, y de nuestra comprensión de la vida misma) se quiebra. La mayoría de los problemas —si no todos— aparentemente insolubles de los que escuchamos hoy en día son consecuencia de este tipo de crisis. Lo que conocíamos como sentido común deja de tener —justamente— sentido cuando el mundo ya no es familiar o común.

Junto con las amenazas ampliamente difundidas que sufrimos ahora por el cambio climático y la disminución de los recursos, observamos enfrentamientos cada vez más profundizados de