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Formando Padres Espirituales
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Formando Padres Espirituales

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Formando Padres Espirituales tiene como objetivo iluminar y redescubrir el verdadero sentido que la iglesia tuvo desde el principio de su concepción.
A lo largo de los años, por diferentes motivos, y quizás simplemente por ser humanos y nada más, luchamos por alcanzar uno o varios objetivos, invirtiendo en ello todo lo que tenemos y somos. Al alcanzarlos, y comenzar a vivirlos, rápidamente nos cansamos de ellos y dirigimos nuestra búsqueda hacia nuevos desafíos sin saber si es o no lo correcto, o lo que es peor, si es voluntad de Dios.
Sé y entiendo que no es algo fácil de digerir, y también que tal vez muchos piensen que es lo que están haciendo ya, y eso sería un motivo de gran gozo. Otros pensarán que esta clase de pensamiento es un tanto radical y que no es tan cierto que Dios nos pida semejante compromiso, o sacrificio; lo que también es comprensible, ya que al ver nuestra relación natural con nuestros hijos se nos puede hacer incomprensible que esta sea la relación que debemos instrumentar con nuestros feligreses o discípulos.
Quizás este sea el centro de la cuestión, porque al leer estas páginas te verás desafiado a pensar seriamente cual es la verdadera relación que debes tener con los que son parte del pueblo que Dios puso en tus manos.

LanguageEspañol
Release dateFeb 11, 2018
ISBN9781370862153
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    Formando Padres Espirituales - Rodolfo Pronesti

    Formando Padres Espirituales

    Formando

    PADRES

    ESPIRITUALES

    Rodolfo Pronesti

    Pronesti, Rodolfo.

    Formando Padres Espirituales. - 5a ed. - 2018.

    ISBN 978-987-33-0476-7

    1. Espiritualidad Cristiana. 2. Padres Espirituales. I. Título

    CDD 248.5

    Todos los derechos reservados.

    ©2011 por Rodolfo Pronesti

    Ninguna parte de esta publicación podrá ser reproducida, procesada en algún sistema que la pudiera reproducir o transmitida en alguna forma o por algún medio electrónico, mecánico, fotocopia, cinta magnetofónica u otro excepto para breves citas en reseñas, sin el permiso previo de los editores.

    Texto Bíblico tomado de la Santa Biblia Sociedades Bíblicas Unidas y se utilizó versión Reina Valera Revisada (1960)

    Impreso en Argentina / Printed in Argentina

    Formando Padres Espirituales

    Índice

    Introducción Pág. 4

    Padre Se Busca...

    Primera Sección: La lucha Pág.7

    Segunda Sección: Un principio Pág.13

    Tercera Sección: La decisión Pág.21

    Cuarta Sección: El propósito Pág.29

    Engendrando Un Padre

    Primera Sección: Dios tiene memoria Pág.31

    Segunda Sección: Cambiando la metodología Pág.43

    Tercera Sección: La esterilidad no es permanente Pág.49

    ¿Por Qué Engendrar Hijos?

    Primera Sección: Sólo los hijos heredan Pág.55

    Segunda Sección: Una historia de amor Pág.63

    Tercera Sección: Herencia del Señor son los hijos Pág.67

    Cuarta Sección: El legado de la herencia Pág.73

    Introducción

    Formando Padres Espirituales tiene como objetivo iluminar y redescubrir el verdadero sentido que la iglesia tuvo desde el principio de su concepción.

    A lo largo de los años, por diferentes motivos, y quizás simplemente por ser humanos y nada más, luchamos por alcanzar uno o varios objetivos, invirtiendo en ello todo lo que tenemos y somos. Al alcanzarlos, y comenzar a vivirlos, rápidamente nos cansamos de ellos y dirigimos nuestra búsqueda hacia nuevos desafíos sin saber si es o no lo correcto, o lo que es peor, si es voluntad de Dios.

    Sé y entiendo que no es algo fácil de digerir, y también que tal vez muchos piensen que es lo que están haciendo ya, y eso sería un motivo de gran gozo. Otros pensarán que esta clase de pensamiento es un tanto radical y que no es tan cierto que Dios nos pida semejante compromiso, o sacrificio; lo que también es comprensible, ya que al ver nuestra relación natural con nuestros hijos se nos puede hacer incomprensible que esta sea la relación que debemos instrumentar con nuestros feligreses o discípulos.

    Quizás este sea el centro de la cuestión, porque al leer estas páginas te verás desafiado a pensar seriamente cual es la verdadera relación que debes tener con los que son parte del pueblo que Dios puso en tus manos.

    De cualquier forma, quiero decirte que esta es y ha sido también para mí una situación no tan cómoda, pero lo que debemos preguntarnos es ¿Será tal vez ésta la manera en que Dios quiere que yo vea y piense con respecto a su pueblo?

    Lo que es indiscutible es que la relación original de los apóstoles o Padres Apostólicos, con los que recibían a Cristo en su corazón en los primeros años de la iglesia, era una relación paternal y no simplemente de maestro a discípulo. El cuidado no era un simple cuidado de tutor o enseñante, sino que era algo mucho más profundo. Por ejemplo, la tradición enseña que cuando Pablo no quiso llevar con él a Juan Marcos, Bernabé se fue con él hacia las iglesias de Asia (Hechos 15:37-39), donde ejercía su ministerio Pedro, quien lo tomó por HIJO (de hecho, así lo llama en sus epístolas). Esta relación salvó a este joven de una gran catástrofe espiritual y nos permitió a nosotros gozar hoy del evangelio de Marcos. Con el correr de los años Pablo lo hace llamar porque le era útil en la obra del ministerio, aquel que otrora lo expulsara, ahora lo llamaba.

    Particularmente creo que de alguna manera estamos regresando al origen de todas las cosas, Dios por donde comienza termina. De ahí que el apóstol mismo dijo: ...hasta los tiempos de la RESTAURACIÓN DE TODAS LAS COSAS... (Hechos 3:21).

    Esencialmente hoy la iglesia y principalmente nosotros, los ministros, estamos comprendiendo que hay algo más de lo que hemos practicado o creído, pues nos enfrentamos a muchos fracasos y también a muchas preguntas, que a veces no tienen aparentemente respuestas. No creo que la equivocación esté en Dios, y lo que tengo en mi corazón es que quizás este sea una nueva dispensación para nuestras vidas espirituales, donde debamos encontrar el corazón del padre y con ello, identificar nuestras vidas con sus deseos. Así al fin encontraremos la realización de nuestros sueños, porque serán los suyos también, no olvidemos que Él dijo que si pedimos CONFORME A SU VOLUNTAD Él nos oye (1 Juan 5:14), y recibiremos.

    Al fin, en las páginas que el Señor por su amor me permitió plasmar en este libro, tal vez encontrarán principios de pequeños misterios que hubieran deseado que se desarrollen más ampliamente. La razón por la que no es así es muy simple, primero: no es la causa de ser de estos pensamientos propios en forma de páginas escritas, y segundo: tal vez mi estrechez sólo me permita llegar hasta allí. Si de alguna forma sirve para inspirarte a bucear con mayor profundidad en ellas a través de las escrituras, será un motivo de gran gozo para mí, y pensaré que de alguna manera he logrado mi objetivo. Y la principal de todas es que realmente tengo esta carga en mi corazón, pues he visto a centenares de ministros en el mundo entero viviendo una vida de esterilidad sin entender cómo salir de ella, y que tal vez equivocadamente creen que la multitud de personas en las bancas de sus iglesias sería la marca de su virilidad en el ministerio. Por esto persiguen este propósito, pero se ven frustrados con el correr del tiempo, y hasta llegan a pensar que realmente Dios tiene hijos preferidos, porque se lo ha concedido a algunos otros y a ellos no.

    Digo esto porque yo mismo llegué a pensarlo de mi propia vida y ministerio. En realidad la ecuación es mucho más simple de lo que parece, y simplemente radica en la confianza que Dios pueda tener en nosotros acerca del cuidado que les demos a SUS

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