Venganza
By F. A. Ramnon
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La Luna comenzó a oscurescerse y a teñirse de rojo, del color de la sangre de la humanidad. La guerra civil consume el sistema solar asolando la Tierra, Mark y Patricia combaten contra la flota enemiga, Aleck esta solo frente a una verdad desconcertante, mientras Lorenzo afronta a su destino. Unidos en la lucha, pero fisicamente separados, ocupados con sus sentimientos, fuente de fuerza y debilidad, deberán afrontar el terror, por la pérdida de su único punto de referencia, un enemigo que parece incontenible.
Con “Venganza” F.A.Ramnon concluye el ciclo de “Nuevos Horizontes” comenzado con “Dos pasos al olvido” y continuado con “New Hope”.
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Venganza - F. A. Ramnon
Horizontes
Agradecimientos
A Federico, con la promesa de que el próximo será uno de fantasía.
Capitulo 1
Patricia observaba a aquel hombre del otro lado de la mesa y solo sentía irritación.
¿Es posible que no entienda?
Seguía preguntándose, mientras la discusión seguía. El sutil arte de la diplomacia nunca había sido su fuerte; las largas negociaciones, las continuas batallas verbales la ponían mal; afortunadamente no estaba sola en aquella circunstancia, si no lo habría estrangulado con sus manos.
El hombre que estaba frente a ella se levantó y se digirió hacia un mueble al lado de la sala, sobre el cual había una bella vista en una vitrina de plexiglass transparente, un cabezal de perforación para muestras. Estaba melancólica y visiblemente dañada; la cara demostraba sus sentimientos: gracias por el milagro. Se puso a observarla sin decir nada, alargó instintivamente una mano para acariciar la superficie, se detuvo antes de tocarla, puso las manos detrás de la espalda y dijo:
Señores, lo que no están entendiendo es que nosotros somos mineros, no somos guerreros y no deseamos serlo. Nuestra vida es simple y así queremos que se mantenga.
Patricia se movió con impaciencia, hubiera querido leerle la cartilla, pero Lorenzo le puso una mano sobre la pierna para impedir que hiciera daño y tomó la palabra.
Entiendo muy bien lo que quiere decir y, créame, respeto sus sentimientos, pero le mentiría si no le dijera que cualquier cosa que decida tendrá consecuencias, las cuales cambiarán su vida. Ojo, eso sucederá incluso en el caso de que decida no hacer nada.
Lorenzo se inclinó hacia adelante mirando directamente a los ojos al vicepresidente de la compañía minera, Han Roddenberry, el cuál seguía sentado frente a ellos, y agregó: El mundo que conocen está por terminar, de una forma u otra. Deben decidir cuál facción les da mayores probabilidades de sobrevivir, esa es su responsabilidad.
El hombre frente a él tenía por mucho treinta años y, como estaba inquieto en su silla, Lorenzo sospechaba que sería el más fácil de convencer.
El presidente de la compañía minera se volteó hacia ellos y dijo: Nunca he creído en los buenos samaritanos y me preguntó qué es lo que pasa por sus cabezas, si decidiéramos hacer lo que sugieren.
¡Que idiota!
Pensó Patricia, habían llegado hace dos semanas a Titán y estaba harta de todas estas preguntas inútiles. Podría tener todas las respuestas que necesitaba, si solo se conectara por cinco minutos al enlace neuronal, ¡pero no! Tenía miedo que su mente fuera manipulada, como decían los reportes de la Milicia Interplanetaria. Tenía la clara impresión de perder tiempo precioso. La Milicia Interplanetaria se estaba re-organizando, la súbita derrota en Reptilya y en Próxima Centauri fueron un principio, pero no se podían dormir en sus laureles. Las voces que seguían recorriendo la red daban por hecho un contra ataque, tal vez incluso directo a la Tierra, a Madre.
Lorenzo mantuvo una calma aparente y dijo: Es obvio que estamos tratando de reconstruir el frente anti alienígena, en ese sentido su ayudaría, sería muy útil...
Eso es lo que me parece increíble,
lo interrumpió el presidente volviendo a sentarse a la mesa, la Milicia Interplanetaria, al contrario de la terrestre, tiene la tarea de oponerse a este tipo de amenazas. ¿Entonces qué sentido tiene tomar partido por el planeta Tierra? Creo que es una maniobra suya para volver a tener influencia en las colonias Interplanetarias, sobre todo sobre aquellas que están tratando de obtener mayor autonomía.
El presidente llevó a cabo su enroque en el juego de ajedrez que jugaba y Lorenzo, impasible como si no lo hubieran interrumpido, agregó: Si el problema fuera la autonomía de la colonia, sabe bien que sería la Milicia Interplanetaria sufriría el mayor daño, no la Tierra...
Pero la Tierra tiene el gobierno pleno de los territorios, ¡no lo olvidemos!
El presidente ya estaba enfadado, estaba totalmente convencido que lo querían engañar, por algún motivo que no tenía del todo claro.
Lorenzo tuvo un ligero arrebato y esta vez fue Patricia quién le puso una mano sobre la pierna, tratando de tranquilizarlo. Lo miró ligeramente divertida, también él empezaba a no poder más. Lorenzo miró a Patricia y esto impidió la locura de explotar de modo incontrolado. Devolvió la mirada de nuevo hacia el presidente y un tono calmado dijo: Creo que tenemos nuestra respuesta.
El presidente se quedó confundido, se esperaba el inicio de un nuevo y acalorado debate, en lugar de eso su adversario parecía haber entregado las armas. Había vencido, pero no de la forma en que le hubiera gustado. Le hubiera gustado desenmascararlos y regresarlos por donde vinieron con la amenaza de no infravalorar las pequeñas comunidades mineras creyéndoles una presa fácil.
No había error en la forma en que estaban terminando las cosas. Por ello, evidentemente con la guardia baja, dijo: Perdone, pero...
Esta vez fue Lorenzo quién lo interrumpió y dijo: Tal vez no ha entendido que nosotros éramos una posibilidad para sobrevivir, y cuando lo haga probablemente será muy tarde, pero la elección es suya y siempre será suya. Nuestro objetivo no era decirles que hacer, si no informarles. Eso hemos hecho, ¡nuestra conciencia está tranquila!
Diciendo esto, metió una mano en el bolsillo y extrajo dos pequeñas interfaces neuronales Wifi y un chip de memoria, las puso sobre la mesa y dijo: Les dejamos los esquemas para los replicadores, la información básica para armar sus naves mineras y dos interfaces Wifi para conectarse a la colectividad. En el chip de memoria también encontrarán los esquemas para construir los cascos de fibra óptica que tienen la misma función.
El presidente tenía la boca abierta, en la mesa había el equivalente a millones de créditos energéticos, no podía creer que fuera un regalo desinteresado.
Creo que es todo,
dijo Lorenzo levantándose, mientras Patricia lo miraba con curiosidad. No creía que las negociaciones se interrumpieran tan bruscamente, pero en el fondo estaba aliviada, no podía esperar a irse.
Con su permiso partimos inmediatamente,
concluyó Lorenzo.
Sí, claro,
dijo el presidente y mirando hacia su vicepresidente dijo: ¿los puedes acompañar?
Por supuesto,
dijo Han, levantándose junto al presidente para despedir con un estrechamiento de mano a sus inusuales huéspedes.
Por aquí por favor,
dijo el vicepresidente alargando una mano hacia la puerta hermética de la sala de reuniones y comenzando a escoltar a los huéspedes al cuarto de intercambio atmosférico.
Patricia y Lorenzo salieron de la sala de reuniones y reactivaron el enlace neuronal con la matriz. Una de las condiciones para las negociaciones sobre las que el presidente no había aceptado dar su brazo a torcer era que el enlace neuronal fuera desactivado durante las entrevistas. Patricia dijo en voz baja: ¡Veo que a tu manera te has vuelto loco!
Mejor esto que romperle la cara, ¿no lo crees?
Dijo Lorenzo burlándose. Patricia sonrío, entonces no solo ella había tenido el impulso.
El flujo de datos actualizados comenzó a fluir en sus mentes. Los dos se miraron, tenían la boca abierta, algo los había alertado.
Debemos movernos deprisa,
dijo Patricia.
Si, esperando no llegar tarde,
concluyó Lorenzo.
El vicepresidente escucho los comentarios, se volteó y preguntó: ¿ha sucedido algo grave?
Patricia y Lorenzo se miraron y al final Patricia le dijo: Pongámoslo así, es mejor que se vaya de aquí de inmediato con su familia. Las cosas se están precipitando.
El vicepresidente permaneció con la boca abierta y se detuvo, mientras los otros dos aumentaron el paso para llegar lo antes posible al cuarto de intercambio atmosférico. Recuperado del shock, tuvo que correr algunos pasos para poder alcanzarlo, ¿qué quieren decir? ¿Qué está pasando?
Preguntó alarmado.
Sería demasiado complicado y nos tomaría demasiado explicarlo, tienen los enlaces neuronales, ¡úsenlos! O si no quieren, al menos váyanse de aquí cuanto antes,
dijo Lorenzo sin prestarle atención. Su mente estaba decididamente en otro lugar y Titán había perdido importancia en su juego de ajedrez con los Saurios y la Milicia Interplanetaria.
Llegaron al almacén cerca de la cámara de intercambio atmosférico de la zona norte de la colonia minera. Tomaron su equipo y se lo pusieron. Salieron del almacén y se dirigieron hacia el cuarto. Antes de entrar, el vicepresidente visiblemente afectado preguntó: ¿no pueden al menos darme un resumen?
Lorenzo ya había entrado en la cámara y estaba visiblemente impaciente, Patricia de volteó y tuvo el impulso de ponerle una mano en la espalda, pero se contuvo al no ser una conducta oportuna, y mirándolo directamente a los ojos dijo: Lo único que puedo decirle es que todo evolucionará en la forma en que tememos, deberán estar muy atentos a Mimas.
Al decir esto entró en la cámara de intercambio atmosférico; ambos se pusieron los cascos y comenzaron el procedimiento de descompresión. Inundaron la cámara con la atmosfera de Titán, compuesta por 95% de nitrógeno y el resto de metano y etano, abrieron las puertas externas y uno después del otro desplegaron las alas y prendieron el vuelo.
El día estaba nublado, las nubes de metano hacían que el panorama fuera amarillo y la lluvia caía lentamente debido a la baja atracción gravitacional. Los dos se sentían ligeros después de haber dejado la colonia minera y sus intensificadores gravitacionales, era estupendo sentirse como un ave, volando.
A su derecha, los lagos de metano se estaban llenando, el invierno había comenzado desde hace tiempo, había empezado a disminuir y a desaparecer solo el verano, en un continuo ciclo, marcado, de las estaciones. Se desviaron al oeste, habían dejado la nave en una esclusa, oculta de ojos indiscretos. No quería que la Milicia Interplanetaria notara la llegada a la estación minera de una cápsula inusual y no prevista. La habían dejado a unos cientos de kilómetros de distancia, pero no se necesitaría mucho tiempo sobrevolando para encontrarla.
Han los observo partir, una horrible sensación lo atormentaba desde la primera vez que los había visto. Verificó que la cámara de intercambio atmosférico regresara a las condiciones de seguridad, es decir, cerrada al exterior y abierta al interior para una eventual evacuación de emergencia. Mientras esperaba que los mecanismos hicieran su trabajo, caminaba atrás y adelante observando el cuadro de comando de la cámara, puesto sobre la pared al lado de la puerta hermética. Estaba inquieto, sentía que tenía que hacer algo, pero no sabía que. El presidente no haría ningún cambio a su línea de conducta sin datos precisos, y ellos no podían obtenerlos por los canales oficiales. Tal vez había una forma, pero tenía miedo de las consecuencias. El minuto necesario para restablecer la cámara de intercambio bombeando la atmósfera adecuada para la vida humana, parecía no terminar nunca. Han se estaba tronando los dedos y su mente era presa de un miedo casi irracional. Sentía que tenía que encontrar algo que hacer, tal vez irse de la estación minera de Titán, como lo habían sugerido, pero ¿a dónde iría? ¿A la Tierra? ¿Wolf 359? ¿Estaría realmente seguro en algún lugar?
La puerta de la cámara de intercambio se abrió hacia dentro de la estación. Los indicadores en obsoleto panel OLED se volvieron verdes. Un instante después Han se dirigió hacia la sala de reuniones en el tercer nivel. Pasó los corredores y las intersecciones apenas saludando a los que se encontraba, entró. El presidente estaba de pie con las manos en la espalda frente al cabezal de la perforadora inmerso en sus pensamientos.
La apertura de la puerta hermética lo hizo emerger de sus reflexiones, miro hacia la puerta y dijo:
Ah, Han, ¿acompañaste a nuestros huéspedes a la salida?
Preguntó distraídamente.
Sí, claro,
dijo Han caminando hacia el hombre de pie.
Afortunadamente se han ido, creo que sería oportuno borrar nuestros registros. Tengo que la sospecha de que, si la Milicia Interplanetaria se enterara de su visita, tendríamos problemas.
Entonces, ¿cree que sea un peligro?
Pregunto Han frunciendo las cejas.
Lo que pienso no tiene importancia, lo que veo es una creciente tensión entre la Unión Terrestre y la Milicia Interplanetaria que no nos traerá nada bueno.
Entonces, ¿tendremos que tomar alguna medida?
Preguntó Han, mirando los objetos dejados por sus inesperados huéspedes en la mesa.
El presidente siguió la mirada de Han y dijo: No creo que haya necesidad. Creo que tendremos que hacer lo que sabemos hacer, los mineros. ¡Nada más! Somos un pequeño centro sin ningún particular interés estratégico, pasaremos inadvertidos y nos adecuaremos en función del vencedor.
Diciendo esto el presidente se dirigió hacia la mesa y tomó los tres objetos, se los dio a Han y dijo: Póngalas en la cámara blindada. Tienen un inmenso valor y tarde o temprano podremos venderlos a alguien.
Si, Señor, pero si puedo hacerle una última pregunta, si somos tan poco importantes en el panorama político, ¿por qué nos dieron todo esto? ¿Podrían tener razón?
Dijo Han recibiendo los objetos del presidente y tomándolos en sus manos.
Probablemente la Tierra está tratando de garantizarse el abasto de Helio-3 de manera directa. No creo que suceda nada de lo que han proyectado.
Dijo el presidente y agregó: Al final solo somos mineros, no se deje condicionar por sus palabras, ¡ahora vaya!
Si, Señor,
dijo Han con un tono poco convencido, llevaré de inmediato los objetos a la cámara de seguridad de la estación.
Se dirigió entonces al centro de la instalación, el discurso del presidente tenía su lógica, no había duda, pero algo no lo convencía. En realidad, la Tierra podría re abrir la estación de extracción de helio-3 en la Luna, si lo necesitaran. Era un gran riesgo llevar desde tan lejos aquel componente. ¿Era posible que aquellos dos solo querían avisarles? ¿De darles la posibilidad de sobrevivir a un evento catastrófico? Nadie hace nada por nada, ese era el único dato real, solo una madre se sacrificaría para salvar a sus cachorros... se detuvo en ese pensamiento.
Miró los objetos que tenía en su mano y pensó: Es posible que esto sea obra de...
no concluyó su pensamiento, comenzó a caminar más deprisa para acceder lo antes posible a la cámara de seguridad. Una ansiedad repentina lo motivaba a avanzar rápidamente.
Llegó a la cámara de seguridad, se autenticó mediante el panel al lado de la puerta hermética digitando sus credenciales y su huella digital. La puerta se abrió, entró en la estrecha habitación. Frente a él había una segunda puerta hermética, esta vez equipada con un robusto blindaje. Espero a que la puerta detrás de si se cerrara y que las luces de control en el panel OLED a su lado se tornara verde. Se acercó al panel, puso la mano sobre la interfaz, una pequeña aguja extrajo una muestra de ADN, mientras un lector óptico verificaba su retina. Un haz de sensores inundó la pequeña cámara y un instante después la segunda puerta se abrió lentamente.
Han entró, tomó un D-pad que colgaba en la pared de la derecha, verificó en cuál receptáculo podía meter su preciosa carga, se dirigió a la caseta de seguridad correspondiente, apoyó su dedo en el lector de huella digital y ésta última se abrió. Al estar vacía no había necesidad de la segunda llave que era la huella del presidente, para los depósitos bastaba la suya. Puso el contenido dentro del receptáculo, cerró la puerta anotando en el D-pad el contenido. Apoyó el D-pad en su lugar, apoyó la mano en el panel interno de reconocimiento de huellas, la puerta interna se abrió y regresó a la pequeña habitación. Espero que la puerta de seguridad se cerrara y que los indicadores al lado de la puerta externa se volvieran verdes antes de dar el comando de apertura.
Finalmente estaba fuera, tenía siempre una sensación de claustrofobia cuando estaba en la cámara de seguridad. Tomó un respiro profundo y se dirigió a sus habitaciones.
¡De una forma u otra obtendré mis respuestas!
pensó mientras la mano en su bolsillo apretaba la interfaz neuronal.
El vuelo fue placentero, sin excesivas turbulencias, y el espectáculo natural, increíble, pero sin tiempo para disfrutarlo. Llegaron a la nave, aterrizaron, entraron en la cámara hermética, re-establecieron las condiciones ambientales para la vida humana y se quitaron el equipamiento. Se pusieron el traje ambiental de vuelo y tomaron el casco que tendrían que usar en la fase de lanzamiento. Ninguno de los dos dijo nada durante el vuelo, tan inmersos estaban en la asimilación de datos que llegaban de la red. Tomaron sus lugares en los comandos de la nave.
Bah, todo parece claro,
dijo Patricia con un velo de preocupación en la voz.
Lorenzo la miró y dijo: Eso parece.
Aquellas simples palabras hicieron entender a Patricia que también Lorenzo estaba preocupado por el rumbo que estaban tomando los eventos.
Patricia emitió un suspiro, Lorenzo interrumpió la fase de pre-vuelo y la miró: ¿Qué es lo que no te parece?
Me preocupan nuestras nuevas asignaciones,
dijo Patricia mirando distraídamente hacia fuera.
Bien, entiendo, no son tareas para las cuales no hemos tenido un verdadero entrenamiento...
No, no es eso,
lo interrumpió Patricia y volteó la mirada hacia él.
Después de aquel primer intento de reconciliación al partir de Marte no habían vuelto a tocar el tema. Ambos querían entender que esperaban en realidad de su relación. Patricia necesitaba más tiempo para entender que quería hacer. Una relación seria y duradera implicaba una serie de obligaciones a las cuales ella no estaba acostumbrada. No sabía si valía la pena. Se imaginaba perfectamente cuales podrían ser las desventajas, pero no las ventajas. Ahora de nuevo el destino jugaba en contra de ella, en contra de ellos. Se tendrían que separar y no sabían por cuanto tiempo. No había tiempo para investigar en su alma. Además, había otra cosa que la disturbaba, y solo de ella tuvo el valor de hablarle a Lorenzo.
Y el enlace neuronal.
¿A qué te refieres?
preguntó Lorenzo frunciendo el ceño.
Tal vez somos dependientes, la seguridad que te da te vuelve adicto. Crees que eres independiente, pero tengo la impresión que al final uno no logré serlo,
dijo Patricia.
"Bah, cada tecnología nueva, si de verdad te ayuda en la vida, te vuelve un poco esclavo. ¿Recuerdas la revolución de los