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Vientos de Al-Ándalus
Vientos de Al-Ándalus
Vientos de Al-Ándalus
Ebook73 pages26 minutes

Vientos de Al-Ándalus

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About this ebook

Un papagayo rojo revolotea en la estancia penumbrosa de una torre abandonada, en los valles de naranjos, un hortelano se sienta cansado y escucha el canto lejano de un muecín, y en el patio interior de palacio, entre arcadas de herradura, la hija del sultán acaricia dulcemente el agua de la alberca central... Has regresado a otro tiempo. Un tiempo que recrea poéticamente Vientos de Al-Ándalus.

Con esta obra nos sumergiremos en aquel mundo exótico, complejo y fascinante que comenzó con la expansión del Califato de Damasco por tierras ibéricas. A través de sus páginas descubriremos un cosmos de personajes, desde soldados y eunucos hasta califas y princesas, que nos irán acercando a los verdaderos protagonistas de la obra: el misterio, la magia y el amor.

LanguageEspañol
Release dateMar 2, 2016
ISBN9781311072948
Vientos de Al-Ándalus

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    Vientos de Al-Ándalus - Alvaro Pau Sanchez Sendra

    EL POETA DEL SULTÁN

    En su patio descansaba

    el poeta del Sultán

    con la venida del alba

    por la puerta del zaguán.

    Lentas se balanceaban,

    y en ligero pendular,

    doradas jaulas colgadas

    en las ramas de un nogal.

    Surtía y brillaba el agua

    de una fuente sin cesar.

    –Con tu voz de abril tocada

    canta, que no volverá

    a verse en la nueva Arabia

    tanto ensueño y claridad.

    –Mas sólo a ti rumor de agua,

    pues albergas en tu paz

    divino clamor que escapa

    de un jardín del más allá.

    –Canta pues, poeta, canta

    sobre el son de mi pasar.

    Las alondras enjauladas,

    de adormecido trinar,

    la voz cantora gustaban

    sin dejarse impresionar.

    Y en macetas la albahaca

    adornaba un ventanal

    propagando por la casa

    pura esencia natural.

    Durmiendo bajo una sábana

    la niña de corta edad

    al oír la voz lejana

    se comenzó a despertar.

    De paso en paso saltaba

    de uno a otro mamperlán

    bajando la escalinata

    que daba al patio al notar

    un volante de guirnaldas

    que la lograron sentar,

    y no eran de flor de malva,

    de jazmín o de azahar,

    sino sólo de palabras

    perfumadas con verdad.

    Quedó fija su mirada

    en un lejano lugar

    de música, amor y playas,

    de guerra y olas del mar,

    de leyendas encantadas

    y de cuentos sin final,

    de historias desenterradas

    por un jaloque oriental.

    Cuando la ciudad estaba

    en su tibio despuntar,

    en un patio se cantaban

    versos de oro que además

    ningún sultán de Granada

    escucharía jamás.

    EN EL PATIO DE NARANJOS

    Aflora mágica noche

    sumiendo al sol que ilumina

    la bruma áurea del mar

    que surcan las golondrinas.

    En el patio de naranjos

    de detrás de la mezquita

    juego de luces y sombras

    se funden en despedida,

    y en su centro surtidores

    expelen agua traída

    por ríos de miel y vino

    y ultrajes en aljamía.

    Por el cielo enrojecido

    de vegas desconocidas,

    con tres violetas ajadas

    y dos ajorcas vestida,

    vuela en la alfombra del sueño

    Nabīla, la bailarina.

    Al viento su pelo emana

    leve aroma de algalía,

    y en su ondeo se insinúa

    fuego de senda escondida.

    Que cercanas ve las nubes

    del ocaso la cautiva.

    Son los visos de

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