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Viaje alrededor del Mundo
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Viaje alrededor del Mundo

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Tal como los define el propio San Ignacio de Loyola al comienzo del libro, los ejercicios espirituales abarcantodo modo de examinar la conciencia, de meditar, de contemplar, de orar vocal y mental, y de otras espirituales operaciones». De modo que ésta es una obra de meditación y de oración donde el fundador de la Compañía de Jesús, partiendo de su propia experiencia, se propone como guía espiritual de quien esté dispuesto a retirarse del mundo durante cuatro semanas (este periodo es solo orientativo y cada practicante puede adaptarlo a sus progresos espirituales durante el retiro). Las meditaciones, contemplaciones y repeticiones realizadas a lo largo de los días de retiro (en silencio) ayudan a observar la propia vida con mayor claridad y a orientarse hacia un progresivo perfeccionamiento moral. Y, puesto que los Ejercicios espirituales que San Ignacio de Loyola propone en esta obra están inspirados en obras como La vida de Cristo del cartujo Ludolfo de Sajonia, que contribuyó a su conversión, y La imitación de Cristo de Kempis, lectura explícitamente recomendada, no es extraño que deban serpracticados» más queleídos».
LanguageEspañol
Release dateJan 1, 2014
ISBN9788499534855
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    Viaje alrededor del Mundo - Martín Ignacio Loyola

    Créditos

    Título original: Viaje alrededor del mundo.

    © 2015, Red ediciones S.L.

    e-mail: info@red-ediciones.com

    Diseño de cubierta: Mario Eskenazi

    ISBN rústica: 978-84-9816-696-5.

    ISBN cartoné: 978-84-9816-642-2.

    ISBN ebook: 978-84-9953-485-5.

    Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar, escanear o hacer copias digitales de algún fragmento de esta obra.

    El diseño de este libro se inspira en Die neue Typographie, de Jan Tschichold, que ha marcado un hito en la edición moderna.

    Sumario

    Créditos 4

    Presentación 9

    La vida 9

    Año de 1585 11

    Capítulo II. Pártese de las islas Canarias para la de Santo Domingo, llamada de otro nombre la Española, y cuéntase lo que hay, hasta allá y algunas cosas notables 14

    Capítulo III. De la Isla de Santo Domingo, llamada Española, y, de sus propiedades 16

    Capítulo IV. Del camino e islas que hay desde esta de Santo Domingo hasta el Reino de México 18

    Capítulo V. De cuanto sea grande el Reino de México y de algunas cosas particulares y notables que hay en él 20

    Capítulo VI. Prosíguese las cosas del Reino de México 24

    Capítulo VII. Del Nuevo México y de su descubrimiento y lo que de él se sabe 26

    Capítulo VIII. Prosigue el descubrimiento del Nuevo México 29

    Capítulo IX. Prosíguese del Nuevo México y de las cosas que en él se vieron 32

    Capítulo X. Prosigue del Nuevo México 35

    Capítulo XI. Pártese de fa ciudad de México y vase al Puerto de Acapulco en la Mar del Sur, donde se embarcan para las Islas Filipinas. Pásase por la isla de los Ladrones y pónense las condiciones y riquezas de aquella gente 39

    Capítulo XII. Pártese de las Islas de los Ladrones y llégase a las de Luzón o Filipinas por otro nombre: cuéntase las cosas particularidades de aquellas islas 42

    Capítulo XIII. Decláranse algunas cosas notables que hay y se han visto en estas Islas Filipinas 45

    Capítulo XIV. Parten los padres Descalzos de la Isla de Luzón para la China: cuéntanse las cosas que en ella vieron 48

    Capítulo XV. Prosigue las cosas que dichos padres vieron y entendieron la segunda tez que entraron en la China y los trabajos que padecieron 52

    Capítulo XVI. Son enviados los nuestros de la ciudad de Hucheofú y cuéntase lo que en ella les sucedió 56

    Capítulo XVII. Trátase de la grandeza, bondad, riqueza y fortaleza del Reino de China 57

    Capítulo XVIII. Trátase de algunos ritos y, ceremonias y, otras señales que en este Reino se hallan de haber tenido noticia de la Ley Evangélica 63

    Capítulo XIX. Trátase de las Islas de Japón y de las cosas de aquel reino 66

    Capítulo XX. Dase noticia de algunos reinos comarcanos a estas Islas de Japón y trátanse algunas cosas según la noticia más verdadera que por aquellas partes se ha tenido y de ciertos milagros que acaecieron en el reino de Cochinchina, que fueron notables 71

    Capítulo XXI. Prosigue las cosas de los reinos comarcanos al de Cochinchina y algunas cosas notables de ellos con los ritos y costumbres de los moradores 77

    Capítulo XXII. De otros muchos reinos que hay en este nuevo mundo y de sus nombres y propiedades, y en especial de la famosa ciudad de Malaca 80

    Capítulo XXIII. Prosíguese de algunos reinos del Nuevo Mundo y de cosas particulares que en ellos se han visto, y trátase de la ciudad de Malaca y del río Ganges 82

    Capítulo XXIV. Trátase del reino de Coromandel y de otros sus comarca nos de la ciudad de Salamina, donde estuvo y murió el Apóstol Santo Tomás, y del poder y riquezas del rey de este reino y de la manera que se entierran y de otras cosas de mucha curiosidad 85

    Capítulo XXV. Trátase de muchos reinos de aquel Nuevo Mundo, los ritos y costumbres de los moradores y algunas cosas muy curiosas 88

    Capítulo XXVI. Trátase de muchos reinos del Nuevo Mundo y de las cosas particulares y curiosas de ello 92

    Capítulo XXVII. De los demás reinos y cosas notables que hay basta llegar a España y dar la vuelta al mundo 94

    Relación del viaje que hicieron Pedro de Unamuno, fray Martín Ignacio de Loyola y otros franciscanos desde la isla Macarena, China, hasta el puerto de Acapulco, México, era el año de 1588 96

    Libros a la carta 113

    Presentación

    La vida

    Fray Martín de Mallea, conocido como fray Martín Ignacio de Loyola (¿?-1606). España.

    Martín Ignacio de Mallea Loyola nació en Éibar (Guipúzcoa) a mediados del siglo XVI. Era hijo de Andrés Martínez de Mallea y de María Osoa de Loyola. Sobrino del fundador de la Compañía de Jesús, Ignacio de Loyola y primo del gobernador de Chile, Martín García de Oñaz.

    Fue fraile franciscano descalzo, navegante y misionero. Dio la vuelta al mundo dos veces y escribió varios libros que tuvieron gran influencia. Fue primer custodio de la provincia franciscana de Macao-Malaca y cuarto obispo de Paraguay y del Río de la Plata, donde en 1603 reprobó el Sínodo de Asunción, considerado el primer concilio del Río de la Plata. Allí se adoptaron medidas que protegían a los indígenas.

    Martín inició su primer viaje el 13 de junio de 1581 hacia México con otros treinta y un misioneros franciscanos que finalmente llegaron a Filipinas en 1582. De Filipinas pasó a China para evangelizar pero sufrió varios ataques que casi le cuestan la vida. Por entonces Martín fue ayudado por Arias González de Miranda, capitán mayor de Macao. El 31 de diciembre de 1583 Martín llegó a Malaca de donde volvió hacia la península Ibérica por la llamada Ruta Portuguesa.

    Llegó a Europa en 1584 y se puso en contacto con el Consejo de Indias para tratar los problemas que tenían las misiones franciscanas en el Extremo Oriente. Se entrevistó con el padre general de los franciscanos y consiguió del papa Gregorio XIII la bula de custodio de China. En 1585 partió con veinte misioneros del puerto de Lisboa hacia Oriente por la Ruta Portuguesa y a su llegada a Malaca pretendió adentrarse en China. Tras dos intentos fallidos decidió denunciar ante el rey Felipe II las dificultades de las misiones en China. Para ello partió del puerto de Macao hacia Nueva España el 12 de julio de 1588 en la fragata Nuestra Señora de la Esperanza al mando de Pedro de Unamuno. El 22 de noviembre de ese mismo año llegó al puerto de Acapulco, desde allí continuó su viaje y llegó a España al año siguiente.

    En 1594 partió otra vez para América del Sur donde fue nombrado obispo de Paraguay el 19 de noviembre de 1601. Pronto convocó el sínodo de Asunción o Rioplatense, el primer sínodo que se realizaba en Paraguay, para la buena enseñanza de la doctrina cristiana a los naturales. Este sínodo supuso notables mejoras de la situación de los indígenas y determinó que la evangelización fuese en lengua guaraní.

    Martín murió en Buenos Aires, Argentina, el 9 de junio de 1606.

    Año de 1585

    De lo que el padre Custodio fray Martín Ignacio, del Orden descalzo del Santo padre San Francisco, vio y entendió en su viaje de la vuelta que dio al mundo desde que salió de Sanlúcar de Barrameda hasta que se restituyó a la ciudad de Lisboa, dividido veintisiete capítulos en los cuales hace una descripción muy particular y circunstanciada de las islas de Canarias, la Deseada, Puerto Rico, Santo Domingo y demás por donde navegó, hasta el Puerto de San Juan de Lúa, del Reino de México, del Nuevo México y noticias de su descubrimiento, de las Islas de los Ladrones, Filipinas, y Japón, y de los varios Reinos y provincias del Imperio de la China e India de Portugal por donde transitó, ya por tierra, ya por mar, hasta el Cabo de Buena Esperanza e Isla de Santa Elena, habiendo salido para aquel vasto Imperio desde el Puerto de Cavite en una fragata de Juan de Ioba, natural de Andalucía, a 21 de junio de 1582. Y asimismo expresa las alturas de todas las dichas tierras e islas, las distancias que hay de unas a otras y los rumbos a que demoran, y que habían navegado desde que salió de Sevilla hasta que volvió a Lisboa 9.040 leguas de Mar y tierra, sin otras muchas que anduvo por la China.

    Sanlúcar de Barrameda y la ciudad de Cádiz, de donde de ordinario salen las Flotas y Naos para ir a las Indias Occidentales, están la una de la otra distancia de solas 50 leguas y en 37 grados de altura; de donde hay hasta las islas llamadas Canarias 230 leguas, que se caminan siempre al Sudeste y se andan de ordinario en ocho o diez días. Es la mar muy brava y hace muchas olas muy grandes, a cuya causa le llaman el Golfo de las Yeguas. Estas Islas, a quien los antiguos llamaron Afortunadas, llaman el día de hoy nuestros españoles Canarias, denominándolas de canes o perros, por lo que había en ellas cuando los españoles las descubrieron en mucha cantidad, y muy grandes y bravos. Están estas siete islas, que se llaman Gran Canaria, Tenerife, la Palma, la Gomera, el Yerro, Lanzarote y Fuerteventura, en 28 grados escasos, y tienen en sí cosas particulares, de las cuales pondré aquí algunas sumariamente.

    En la isla de Tenerife, al Poniente de ella y al cabo, está una sierra llamada por nombre el Pico de Tereira, que a juicio de los que lo han visto, es el más alto del mundo, y se ve muy claramente 60 leguas antes de llegar a él. A cuya causa, cuando las Naos van de España a estas islas, es ella la primera cosa que se descubre. No se puede subir a él, si no es en los meses de julio y agosto, porque lo restante del año hay mucha nieve (con no nevar jamás en todas aquellas islas circunvecinas), y son menester para ello tres días. En la cumbre hace una como plaza muy llana y donde puestos algunos, cuando la mar está sosegada y en calma, ven todas las siete islas referidas y parece cada una de ellas un barrio pequeño, con estar algunas de ellas distantes más de 50 leguas y tener otras tantas de circuito. Los dos meses arriba dichos se coge en la cumbre de este cerro toda la piedra azufre que viene a España, que es mucha cantidad. Es esta Sierra del duque de Maqueda por particular merced del rey.

    En esta dicha isla de Tenerife hay una imagen de Nuestra Señora que ha hecho y hace muchos milagros, y se llama ella y la iglesia adonde está Nuestra Señora de la Candelaria y es Monasterio de Religiosas de Santo Domingo: está a 5 leguas de la ciudad de San Cristóbal. Esta santísima imagen apareció en aquella isla en tiempo que era de gentiles y mucho antes que los cristianos fuesen a ella, cuya invención y aparecimiento fue de la manera siguiente: En una cueva, que el día de hoy es Parroquia, donde acostumbraban los pastores guarecerse de las aguas y otras inclemencias del cielo y meter sus cabras (que era el ganado que en aquel tiempo había en aquellas islas, de lo cual hasta el día de hoy ha quedado mucha abundancia), yendo un día un pastor de ellas a meterlas en la dicha cueva, las cabras se esparramaron de una gran claridad que vieron en lo interior de ella y volvieron con gran furia a salirse a lo raso con tanto temor, que no pararon en muy gran distancia. Pues como el pastor viendo esta novedad, entrase en la cueva para entender quién la había causado, y después de vista la claridad y el bulto, tomase una piedra y acometiera a tirarla hacia ella, quedósele el brazo muerto y la piedra en el puño de él, que todo lo que le duró la vida estuvo cerrado en testimonio de milagro. Sabido esto por los moradores de las dichas islas, la comenzaron a tener en grandísima veneración, llamándola Madre del Sol: la cual devoción ha quedado y está viva el día de hoy en todos los naturales, a quien los españoles llaman guanches; y la adoran tanto como al mismo Dios, haciéndole cada año el día de la Candelaria gran fiesta, en la cual cantan y bailan y hacen otras muchas cosas de muy gran regocijo y fiestas.

    En una de estas siete islas arriba nombradas y llamada por nombre la del Hierro, hay una continua maravilla que, a mi juicio, es de las mayores del mundo y, como tal, digna de ser sabida de todos los hombres de él para que engrandezcan la Providencia de Dios y le den por ello gracias. Toda esta isla, que es de las mayores o la mayor de las siete islas, es tierra áspera e infructuosa, y tan seca que no se halla agua en toda ella si no es en la orilla del mar en algunas pocas partes, de donde está muy distante la población vivienda de los moradores de la isla; pero es remediada su natural necesidad de la Providencia del cielo como está dicho, y por modo exquisitísimo: y es que hay un árbol grande y no conocido ni visto jamás en otra parte del mundo, cuyas hojas son angostas y largas y están perpetuamente verdes como una hiedra; sobre el cual árbol se ve una nube pequeña y que jamás se aumenta ni disminuye, que es causa de que las hojas destilen sin cesar un agua muy clara y sutilísima que cae en unas pilas que los moradores del pueblo tienen hechas para su conservación y remediar su necesidad, que la suplen con este remedio muy cómodamente, sustentándose de ella así ellos como todos sus animales y ganados, y bastando para todos sin saber nadie desde

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