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Viajes por Rusia e Italia
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Ebook191 pages2 hours

Viajes por Rusia e Italia

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About this ebook

Here, Miranda recounts his travels to 18th century Russia using his unique style. Like many of his trvael writings, he speaks from a Native American perspective.

LanguageEspañol
Release dateJan 1, 2014
ISBN9788498977561
Viajes por Rusia e Italia

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    Book preview

    Viajes por Rusia e Italia - Francisco de Miranda

    Créditos

    Título original: Viajes por Rusia e Italia.

    © 2015, Red ediciones S.L.

    e-mail: info@red-ediciones.com

    Diseño de cubierta: Mario Eskenazi

    ISBN rústica: 978-84-96290-35-8.

    ISBN ebook: 978-84-9897-756-1.

    Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar, escanear o hacer copias digitales de algún fragmento de esta obra.

    El diseño de este libro se inspira en Die neue Typographie, de Jan Tschichold, que ha marcado un hito en la edición moderna.

    Sumario

    Créditos 4

    Presentación 11

    La vida 11

    El viaje en sentido inverso 11

    Viajes por Rusia 13

    12 mayo 1787 13

    13 13

    14 15

    15 19

    16 20

    17 22

    18 23

    19 26

    20 26

    21 28

    22 29

    23 33

    24 35

    25 36

    26 38

    27 41

    28 42

    29 43

    30. 31 44

    1 junio 44

    2 44

    3 45

    4 46

    5 46

    6 47

    7 47

    8 48

    9 51

    10 52

    11 53

    12 55

    13 56

    14 58

    15 59

    16 60

    17 61

    18 61

    Viaje por Italia 62

    Noviembre 62

    13 64

    14 66

    15 68

    16 70

    17 71

    18 72

    19 73

    20 75

    Diciembre 76

    19 76

    20 77

    21 y 22 77

    23 77

    24 78

    25 78

    26 78

    27 78

    28 80

    30 81

    Enero 1786 81

    25 81

    26 82

    27 84

    28 86

    29 88

    30 90

    31 93

    Febrero 96

    1 96

    2 98

    3 99

    4 103

    5 106

    6 109

    Libros a la carta 113

    Presentación

    La vida

    Francisco de Miranda (Caracas, 1750-España, 1816). Venezuela.

    Hijo de Sebastián de Miranda, comerciante canario, y Francisca Antonia Rodríguez, caraqueña, nació el 28 de marzo de 1750.

    Estuvo involucrado en la Revolución Francesa, la Independencia de los Estados Unidos, y la de Hispanoamérica.

    Estudió en la Universidad de Caracas y fue uno de los hombres más cultos de su época. Tenía conocimientos de matemáticas y geografía y dominó el francés, el inglés, el latín y el griego. En 1781 combatió junto a tropas españolas, a favor de las fuerzas independentistas, en Pensacola (colonia inglesa en la Florida).

    Poco después se fue al Reino Unido en busca de apoyo en su pretensión de independizar Hispanoamérica de España. También con ese propósito fue, en plena Revolución Francesa (1792), a París. En Londres vivió con su ama de llaves, la inglesa Sarah Andrews, con quien tuvo dos hijos.

    Hacia 1805 viajó a Nueva York y en 1806 marchó en una expedición revolucionaria a Haití. Más tarde se dirigió al puerto de Ocumare, en Venezuela, donde fue derrotado por los españoles.

    Miranda fue arrestado el 31 de julio de 1812 por un grupo de civiles y militares, encabezador por Simón Bolívar. En 1813 fue conducido a España, a la cárcel del arsenal de La Carraca (Andalucía) y murió allí el 14 de julio de 1816.

    El viaje en sentido inverso

    Este libro relata un viaje de Francisco de Miranda por Rusia. Miranda, uno de los líderes de la historia de Venezuela, traza aquí un fresco de la sociedad rusa del siglo XVIII.

    Con este tipo de libros se inaugura algo que casi se puede considerar un nuevo género: el viaje en sentido inverso, la visión del mundo relatada por los nativos en el continente americano. Cabe añadir que el ciclo de textos de viaje de Miranda comprende además a Europa Occidental y Estados Unidos.

    Viajes por Rusia

    12 mayo 1787

    Moscú. Tuve visita por la mañana del ayudante mister Besin, teniente coronel en este servicio que me significó que el marechál le prevenía que franquease cuanto yo hubiese de menester. Me hizo traer una berlina a cuatro cabos que cuesta diariamente 4 rublos. Salí a la una a hacer visitas, mas el gobernador no estaba en casa... le dejé mis cartas y un billete, pues ni yo entiendo a mis criados, ni ellos me en tienden a mí... después de otras vine a casa, me hallé serrado y me fui para comer algo en casa del Treteur francés a las tres, mas hallé que su tabla D’hote estaba ya concluida y que la compañía no era de lo más selecta... propuse el que me diesen un poco de sopa en un cuarto separado, pero no le había y me querían servir en el mismo en que estaba toda la compañía indistinta s’il vous plait mister (me decía madame) il ne me plait pas, le respondí, tomé mi coche para irme a casa a dar con un pedazo de jamón que me quedaba de mis provisiones de viaje; el cual, con un poco de leche que añadió mi criado, fue toda mi comida... Verificándose así el pasar tres días sin gustar cosa caliente, excepto el té que solía tomar cada veinticuatro horas; pues no se pudo encontrar que comer a esta hora en las hosterías (mi hospite el mayor no previo sin duda este caso, contando tal vez en que el general gobernador me convidaría a comer, más este no estaba en casa cuando yo llamé). A las 5 p. m. tomé otra vez mi coche y continué mis visitas dejando las cartas (según la nota adjunta) y un billete con ánimo de ir a la comedia a las seis, mas se me hizo tarde y no pude concluir hasta las ocho dadas. ¡O que extensiva ciudad es esta! pues los jardines, parques y vacíos que en el medio se encuentran son muchísimos. Sin embargo, hay un gran número de muy buenos edificios y palacio construidos en el gusto italiano, francés, inglés, holandés etc. y aún en un gusto peculiar, que se conforma muy poco, con el griego y romano. A las nueve volví a casa fatigado, tomé té, leí un poco, &...

    13

    A las 9 a. m. tuve un secretario del general gobernador, cumplimentándome y haciéndome apología por no haberlo hecho antes; pues mis cartas (por equivocación de los criados que me condujeron) fueron entregadas en casa del gobernador civil y así no se las llevaron a él hasta anochecer... me propuso asimismo el ir a ver la ciudad cuando gustase y yo resolví que hoy mismo. Se fue a hacerlo prevenir y quedó en volver. En el intermedio tuve visita de los hijos de madame Kamensky y de la princesa de Gortschakow, con mucha política y la primera convidándome a comer. Vino el secretario mister Rost y fuimos a la casa imperial de niños expósitos. Su director mister Goguél nos había estado esperando toda la mañana. Seguimos la visita y vimos todas las edades y clases diversas tanto de mujeres, como de hombre, todo bastante aseado y con muy buena dirección... en la pequeña edad son mujeres que les asisten y en la mayor hombres... se les enseña a leer, escribir, aritmética & c. alemán, francés etc. y a dibujar. Para los ejercicios de juventud tienen en los jardines balansoirs y para formar una montaña de hielo para resbalar sin trenau. Cuando están ya educados pasan afuera con acomodo; o a una manufactura de naipes y medias, relojes etc. que se ha establecido también por la corona en beneficio suyo. Hay actualmente en dicho Colegio según me informa su director 1.600 expósitos y dados a criar en la campaña 2.000. Luego pasamos al establecimiento que llaman de mister Demidow, comerciante ruso, el cual está en este propio colegio... y consiste en cien jóvenes legítimos, que se instruyen para el comercio... A estos se les viste, alimenta, aloja, e instruye en las lenguas rusa, alemana, francesa, e inglesa y geografía todo gratis... vi sus apartamentos y todo en muy buen orden: y no se puede dejar de aplaudir un semejante establecimiento, que con el tiempo procurará a la nación un cuerpo de comerciantes bien instruidos y por consecuencia más útiles. El fondo para dicho establecimiento es 250.000 rublos que rentan 13.000 al año y con esto se subviene a todo muy bien. Me retiré a casa a eso de las dos donde comí... y a las 5 p. m. tomé mi coche para ir al gran paseo que hoy hay en el convento de Divitchmonastir (o convento de doncellas) donde estuvo encerrada la célebre Sofía... hubo un gran concurso de gentes decentes ya en coche, en ventanas y a caballo varios hombres en el costume inglés que es prevalente. Mister Rost me acompañó y seguramente habría más de 600 coches de muy buen gusto y con buenos atelajes. Me apie y entré en el convento, e iglesia que es bastante rica y allí observé varias mujeres de mercantes rusos en su costume de fatá o velo blanco bordado en oro, plata seda etc. y la cara muy bien pintada, cuyo afeite no lo necesitan a la verdad, pues la naturaleza las ha hecho bastante bien parecidas. Aquí encontré a mister Bougarelli (negociante) y mister de Saugie, que me vinieron a visitar un poco antes... y con quienes conversé un poco sobre el país, convento etc. retomé mi coche y dimos aún varias vueltas al paseo admirando el crecido número de damas jóvenes y muy bien parecidas. Llamé en casa del príncipe de Gortschakow, mas no había nadie en casa y así yo me retiré a la mía. Hice venir una buena moza de dieciséis años que el Svoschik (o cochero) me trajo mediante 2 rublos que le regalé (el bribón quería cinco). Dormí con ella y por la mañana se retiró muy contenta con 2 ducados que le di.

    14

    Vino temprano el edecán del general gobernador mister Levonow capn. para convidarme a comer con su excelencia mañana y acompañarme a la universidad, etc. vino también mister Rowan quien me convidó a comer en el gusto inglés, e hizo mil cumplidos. El general me envío igualmente a mister Mey, oficial de la police para que me acompañase y estuviese a mis órdenes. Sabiendo que yo buscaba un criado francés y no lo encontraba; es joven modesto y de buena educación. Partí con el ayudante Levonow a la universidad donde su director mister Tonwizen, me aguardaba ya y con suma atención y política me hizo ver todas las clases en las cuales se enseña gratis las lenguas francesa, rusa, alemana, latina, italiana, e inglesa (cada clase de estas por lo común está subdividida en cuatro), filosofía moral (que la dictan en latín, como si la rusa careciese de expresiones) historia natural etc. cuyo profesor nos manifestó una pobrísima colección de este género, que apenas sirve para demostrar a la escuela. Hay en el día aquí 1.000 estudiantes. Luego pasamos a ver otro instituto contiguo bajo la misma dirección que se tiene en un pequeño edificio contiguo, donde hay hasta 106 colegiales pensionistas de la nobleza del Estado y reciben buena y liberal educación académica por 150 rublos al año. Con cincuenta más pueden vestirse, de modo que por 200 se hallan alimentados, alojados, vestidos, e instruidos, que no es caro por cierto... sus alojamientos, dormitorios etc. están muy bien dispuestos y con aseo. ¡De modo que es a desear que el número fuese mayor por el bien de la nación! y cuando el edificio, que actualmente se trabaja para concluir esté acabado, tal vez tendrá efecto este deseo: me despedí de aquellas gentes prometiéndoles otra visita por la tarde y ellos quedaron tan contentos y no menos yo de su civilidad al Kremlin, donde me aguardaba el Custode mister Kogen, consejero actual de estado para quien traje carta del príncipe Potemkin... me recibió con sumo agrado y procedimos a ver el tesoro... subimos por la escalera roja que llaman (á causa de estar cubierta de este color o porque en ruso es expresión de cosa selecta) por donde solo los soberanos podían montar en otro tiempo (bastante mal por cierto). Y entramos en los cuatro apartamentos principales que contiene grandísimo número de vestidos, vasos, vajilla, joyas, coronas, bandejas de oro y plata etc. la mayor parte anticallas de los zares, más de mucho valor él todo. distínguense entre otras cosas las coronas, de Siberia, Kazán, Astracán y Rusia... una gran silla de oro y plata embutida de piedras preciosas hecha en Persia. Otra en que Iván y Pedro I se sentaban y una ventana cubierta por donde la hermana Sofía oía, e influía en los hermanos. Una silla y arnés riquísimo regalo del presente gran señor. Las leyes primeras que formó Juan Basílides escritas en papel al uso Romano y guardadas en una caja redonda de plata. Dos grandes bandejas de plata en que se representan batallas en bajorrelieve de muy buen gusto. Dádiva dicen de un rey de Inglaterra. También algunas obras de marfil romanas mods. de exquisito gusto. Una pequeña colección de ámbar etc. etc. etc. el general Kogen me ha prometido una nota de estas cosas y si me la envía irá aquí inserta... estuvimos después en la sala más alta y en el Teremock o Pequeña-torre) que está encima, donde los zares solían montar por una pésima escalera, a gozar de las vistas hermosas que desde allí se descubren.

    Pasamos luego a la armería,

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