EL SANTUARIO DE LA BALMA Y SUS ENDEMONIADOS
Cuenta la leyenda que, en el siglo XIII, recién conquistadas aquellas tierras para la cristianas, la Virgen se le apareció a un pastor de Zorita del Maestrazgo (Castellón) que se hallaba refugiado en la cueva de la Balma y, como era lógico, le pidió que construyera en aquella gruta un templo. El pastor sanó milagrosamente de una parálisis que padecía en uno de sus brazos.
Eso fue solo el principio. La fama del lugar se debe a un santuario que se convirtió en punto de peregrinación de supuestos “endemoniados” que buscaban una posible cura a su terrible mal. La Balma de Zorita se transformaba en los últimos días de verano. Frente a la recóndita cueva se
