EL MUSEO DE ARQUEOLOGÍA E HISTORIA DE MELILLA
Para quienes no han tenido la suerte de poder visitarla, Melilla no es más que uno de los puntos que aparecen marcados en la costa norte de Marruecos en los mapas del tiempo de la tele, el más alejado hacia la derecha concretamente. Y, como me pasaba a mí, no saben lo que se están perdiendo. Si bien los contactos entre los jefes locales y los Reyes Católicos comenzaron en 1492, la ciudad no pasó a manos españolas hasta el 17 de septiembre de 1497, cuando la ocupó Pedro de Estopiñán, contador mayor de la casa de Medina Sidonia. Apenas medio millar de años lleva entonces la plaza fuerte, pues siempre lo ha sido, como parte del territorio español.
La verdad es que cuando uno la ve en el mapa resulta diminuta y todavía más cuando uno se fija en la superficie que ocupa, poco más de doce kilómetros cuadrados; pero esto no son más que números, porque cuando uno la visita la escala crece, y mucho. Es entonces cuandola península (Madrid-Melilla en hora y media, ahí es nada). Por supuesto, si uno prefiere la tranquilidad del barco ya estamos hablando de bastantes horas más llegando desde Málaga, Almería… Una corta travesía al final de la cual nos encontramos con una ciudad que tiene mucho que ver, tanto que serán necesarios dos y hasta tres días para disfrutarla a conciencia. Entre las muchas cosas que ver se encuentra el Museo de Arqueología e Historia de la Melilla, que ofrece al visitante un recorrido cronológico, por lo que ha sido la existencia de la ciudad.
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