GNOSIS UN VIAJE AL MUNDO INTERIOR
La gnosis, o eso que desde el siglo XVIII denominamos “gnosticismo”, es un conjunto de concepciones religiosas—con profundas implicaciones metafísicas, filosóficas y esotéricas—que hunde sus raíces en Egipto, Mesopotamia e India, teniendo una amplia expansión en Oriente Medio y en Occidente a comienzos de nuestra era. La gnosis es, por tanto, un conocimiento heterodoxo, secreto, compartido por un pequeño grupo elitista o iniciático que se aleja de la corriente religiosa dominante.
Desde la escuela hermética hasta el catarismo, pasando por el mandeísmo y el maniqueísmo, la gnosis fue esparciendo su semilla en distintas tradiciones religiosas, dejando también su impronta en el cristianismo primitivo, como demuestran los valiosos manuscritos coptos hallados por casualidad en Nag Hammadi (Egipto), en 1945. “La gnosis y el gnosticismo constituyen el núcleo de uno de los fenómenos ideológicos que dominaron el pensamiento no solo religioso, sino filosófico de la cuenca del Mediterráneo durante los siglos, explica , catedrático de Filología Neotestamentaria. Ese gnosticismo surgido en el seno del cristianismo, y cuyos seguidores creían ser conocedores y depositarios de las verdades reveladas por –enseñanzas secretas que tenían una lectura esotérica solo apta para iniciados–, fue considerado una herejía por los primeros Padres de la Iglesia. Entre otras cosas, los gnósticos, fieles al docetismo, aseguraban que Cristo no se había encarnado con cuerpo real, sino aparente, siendo la crucifixión una alegoría (algunos gnósticos, como los seguidores de Basílides, sostenían que fue quien murió en la cruz).
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