EL MONTAJE
“El rodaje duró siete días y tuvimos que realizar 70 posiciones de cámara para obtener 45 segundos de película. Para esta escena me habían fabricado un maravilloso torso artificial con sangre que debía brotar bajo la presión del cuchillo, pero no me serví de él. Prefería utilizar a una muchacha, una modelo desnuda, que servía de doble de Janet Leigh. De esta, no se ven más que las manos, los hombros y la cabeza. Todo el resto está hecho con la modelo. Naturalmente, el cuchillo no toca jamás el cuerpo, todo está hecho en el montaje”. Así se explicó Alfred Hitchcock, interrogado por François Truffaut, sobre la mítica escena de la ducha de Psicosis (1960). Según la crítica estadounidense, Hitchcock era simplemente un buen técnico. Truffaut, uno de los revolucionarios de la nouvelle vague, lo consideraba sin embargo Dios honorario del cine de auteur que él siempre defendió con vehemencia ventral. Sus
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